Volumen

13

Número

1

*Autor(a) correspondiente ivokory@gmail.com

Envío 8 abr 2025

Aceptación 29 abr 2025

Publicación 16 may 2025

¿Cómo citar?

KORYTOWSKI, I.. El misterio del oratorio en la cima del Morro da Providência, en Río de Janeiro. Coleção Estudos Cariocas, v. 13, n. 1, 2025.
DOI: 10.71256/19847203.13.1.139.2025

El artículo fue originalmente enviado en PORTUGUÉS. Las traducciones a otros idiomas fueron revisadas y validadas por los autores y el equipo editorial. Sin embargo, para una representación más precisa del tema tratado, se recomienda que los lectores consulten el artículo en su idioma original.

A grey and black sign with a person in a circle

Description automatically generated

El misterio del oratorio en la cima del Morro da Providência, en Río de Janeiro

The mystery of the oratory at the top of Morro da Providência, in Rio de Janeiro

O mistério do oratório do alto do Morro da Providência, no Rio de Janeiro

Ivo Korytowski¹

1Independent Researcher, ORCID 0009-0000-5201-2052, ivokory@gmail.com

Resumen

El artículo busca desentrañar el misterio del oratorio en lo alto del Morro da Providência, en la Zona Portuaria de Río de Janeiro, supuestamente construido para celebrar la llegada del siglo XX, pero que ya aparece en fotografías y grabados de épocas anteriores. Para ello, se remontará a la invasión de Río de Janeiro en 1711 y al posterior intento de fortificar la ciudad, buscando evidencia de que el mencionado oratorio no fué construído desde cero, sino que aprovechó una antigua torre de observación que preexistía en esse lugar.

Palabras clave:         Morro da Providencia, invasión francesa en 1711, fortificación de Río de Janeiro.

Abstract

The article seeks to unravel the mystery of the oratory at the top of Morro da Providência, in the waterfront of Rio de Janeiro, supposedly built to celebrate the arrival of the 20th century, but which already appears in photographs and engravings from previous times. To do this, it will go back to the invasion of Rio de Janeiro in 1711 and the subsequent attempt to fortify the city, looking for evidence that the aforementioned oratory was not built from scratch, but took advantage of an old observation tower that pre-existed in that location.

Keywords:         Morro da Providência, French invasion in 1711, fortification of Rio de Janeiro.

Resumo

O artigo procura desvendar o mistério do oratório do alto do Morro da Providência, na Zona Portuária do Rio de Janeiro, supostamente erguido para comemorar a chegada do século XX, mas que já aparece em fotografias e gravuras de épocas anteriores. Para isso, retrocederá à invasão do Rio de Janeiro de 1711 e à subsequente tentativa de fortificar a cidade, buscando evidências de que o referido oratório não foi construído do zero, mas utilizou-se de uma antiga atalaia de observação preexistente naquele local.

Palavras-chave:         Morro da Providência, invasão francesa de 1711, fortificação do Rio de Janeiro.

  1. Introducción

En lo alto del morro da Providência se alza un viejo oratorio que, según cuenta la leyenda urbana, habría sido erigido por los soldados retornados de la Guerra de Canudos que “ocuparon” el morro y crearon la “primera” favela carioca. La propia designación “favela” fue traída de Canudos, donde nombraba una planta y un cerro, como vemos en Os Sertões. Sobre la planta, escribe Euclides da Cunha:

Las favelas, aún anónimas en la ciencia – ignoradas por los sabios, conocidas en demasía por los tabaréus – quizás un futuro género cauterium de las leguminosas, tienen, en las hojas de células alargadas en vellosidades, notables aptitudes de condensación, absorción y defensa. (Cunha, 1902, p. 18)

Sobre el cerro, escribe el autor:

Todas trazan, al final, una curva elíptica cerrada al sur por un cerro, el de la Favela, en torno a una amplia llanura ondulante donde se erguía el arraial de Canudos [...] Escalaba la cima de la Favela. Volvía la mirada a su alrededor, para abarcar de un vistazo la totalidad de la tierra. [...] Desde la cima de la Favela, si el Sol caía a plomo y la atmósfera estancada inmovilizaba la naturaleza en torno, fijándose en los descampados, a lo lejos, no se distinguía el suelo. (Cunha, 1902, p. 11)

Aunque la densidad poblacional aumentó significativamente con la ocupación de los soldados, el Morro da Providência no estaba completamente despoblado antes de su llegada. Por ejemplo, el Correio Mercantil del 21 de junio de 1856 publica en primera plana:

Nos piden que llamemos la atención de las autoridades sobre la falta de limpieza que hay en la calle Silva Manoel [actual André Cavalcanti] y en el Morro da Providência, donde vive mucha gente, y donde no hay ni iluminación, ni agua, ni limpieza, ni policía. (NOTICIAS…, 1856, p. 1)

Y si la ocupación del Morro da Providência por los soldados generó la primera gran favela, en el sentido actual del término (aunque, recientemente, se prefiera el término “comunidad”), técnicamente ya existía una “favelinha” en el Morro de Santo Antônio a finales del siglo XIX. Quien relata esto es Luís Edmundo en O Rio de Janeiro do meu Tempo:

En Santo Antônio, otero pobre, a pesar de su ubicación dentro de la ciudad, las viviendas son, en su mayoría, improvisadas, de sobras y harapos, andrajosas y tristes como sus habitantes.

Allí viven mendigos auténticos, cuando no se instalan en las hospederías de la calle Misericórdia, capoeiras, malandros, vagabundos de toda clase: mujeres sin apoyo familiar, ancianos que ya no pueden trabajar, niños, desamparados entre gente capaz, pero, lo peor, sin oportunidades laborales, verdaderos despreciados por la fortuna, olvidados de Dios...

El número de estos últimos pulula por la ladera mientras se asciende, unos caídos de bruces sobre la hierba, otros recostados en el portal de viviendas sórdidas, la colilla del cigarro en los labios, la mirada melancólica perdida en la gloria sonriente del paisaje – hombres que no tienen qué hacer y no encuentran trabajo. (Edmundo, 2003, p. 147)

Y el “Oratorio del Morro da Providência” que, según el Guia do Patrimônio Cultural Carioca: Bens Tombados publicado por la Prefeitura do Rio de Janeiro en 2014, fue “erigido en 1901” (cursiva nuestra) y “revela una tipografía estilística similar a las torres campanarias de las edificaciones religiosas jesuíticas”, ya aparece en una fotografía de 1881 (la Guerra de Canudos comenzaría quince años después) y –¡sorprendente!– en grabados de 1847 y alrededor de 1860.

Figura 1: Foto 29 del álbum Colección de 44 vistas fotográficas de la Estrada de Ferro D. Pedro 2 de 1881.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

Figura 2: Alfred Martinet, “Cemitério dos Ingleses”, grabado 7 de O Brasil pitoresco, histórico e monumental. Rio de Janeiro, Typ. Universal de Laemmert, 1847.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

Figura 3: Sebastien Auguste Sisson, “Cemitério dos Ingleses”, cromolitografía 7 del Álbum do Rio de Janeiro Moderno. Rio de Janeiro: S. A. Sisson, alrededor de 1860.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

Para intentar resolver el misterio del oratorio “de 1901”, que hace su aparición fantasmal en imágenes de décadas anteriores, primero recorreremos la historia del Morro da Providência. A continuación, abordaremos la fortificación de la ciudad tras la invasión de Duguay-Trouin en 1711 y, finalmente, con base en estas informaciones, sostendremos la tesis de que el oratorio fue originalmente una atalaya de observación ya abandonada.

  1. Esbozo de una Historia del Morro da Providência

El historiador que pretenda indagar la historia del Morro da Providência y desvelar el misterio del oratorio debe estar familiarizado con sus diversas denominaciones en distintos mapas de diferentes épocas.

En algunos mapas antiguos (como el siguiente), el Morro da Providência no se distingue del Morro do Livramento, y, de hecho, geográficamente hablando, la Providência no es un cerro separado, sino una “protuberancia” en la punta suroeste del Morro do Livramento. Tanto es así que la Ladera del Barroso, que sube por la vertiente sur del Morro do Livramento, continúa luego, por una escalinata, ascendiendo el Morro da Providência.

Figura 4: Detalle de “A Capital do Brasil”, planta de Río de Janeiro de 1831 donde el Morro da Providência es una prolongación del Morro do Livramento.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

Figura 5: Escalinata en la Ladera del Barroso de acceso al Morro da Providência en 2016, en aquel entonces pintada de rosa y con la letra de la canción Aluga-se (“Nós não vamos pagar nada...”) de Raul Seixas.

Fuente: Acervo Personal.

En la “Planta da Cidade de S. Sebastião do Rio de Janeiro, levantada por ordem de S. A. R. Príncipe Regente Nosso Senhor no ano de 1808”, publicada por la Impressão Régia en 1812, el Morro da Providência es llamado Morro de Paulo Caieiro. Una variante de este nombre encontrada en un mapa de 1796 es Monte de Paulo Caeira y otra de 1812 es Monte de Paulo da Caeira (cursiva nuestra; este nombre volverá a mencionarse más adelante). La similitud de este nombre con Morro de Paulo Cairu, que designó al actual Morro do Pinto, puede causar confusión.

Figura 6: Detalle de la “Planta da Cidade de S. Sebastião do Rio de Janeiro, levantada por ordem de S. A. R. Príncipe Regente Nosso Senhor no ano de 1808”, donde el Morro da Providência es llamado Morro de Paulo Caieiro. Observe que el mapa señala la existencia de una construcción (el cuadradito debajo del nombre del cerro) a la que volveremos más adelante.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

La punta al sur del Morro da Providência, luego “devorada” por la cantera, fue llamada en el siglo XIX Morro da Formiga. Durante un período a caballo entre los siglos XIX y XX, el Morro da Providencia fue llamado popularmente Morro da Favela.

Figura 7: Detalle de la “Planta da Cidade do Rio de Janeiro Organizada no Arquivo Militar” de 1858, donde la vertiente sur del Morro da Providência (a la izquierda en el mapa) es llamada Morro da Formiga.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

2.1 Invasiones francesas de la década de 1710

El Morro da Providência entra en la historia con la invasión francesa de 1711. La invasión tuvo como pretexto vengar la derrota de Duclerc[1] y liberar a los prisioneros franceses del intento de invasión del año anterior, aunque una motivación secundaria era apoderarse de las riquezas de Río de Janeiro, definida por Louis Chancel de Lagrange[2] como:

Una ciudad brasileña bastante opulenta [...], una de las más ricas del mundo [...], ya por la cercanía de las minas de oro, ya por las flotas portuguesas de comercio que, anualmente, le traen las más valiosas mercancías europeas. Además, las embarcaciones inglesas y holandesas, de retorno de las Indias Orientales, hacen en ella parada obligatoria, descargando sus preciosos cargamentos orientales. (Lagrange, 1967, pp. 51, 52 y 56)

La entrada de la Bahía de Guanabara era relativamente estrecha, con una “anchura, aproximadamente, del alcance de un tiro de cañón, con varias piedras al centro, que hacen, por ello, bastante difícil su acceso, constituido por dos canales, defendidos por dos poderosas fortalezas” (Lagrange, 1967, p. 56).

Del lado carioca, la fortaleza de São João fue armada con 18 cañones; del lado de Praia Grande, actual Niterói, la fortaleza de Santa Cruz fue asentada en un promontorio con doble fortificación tallada en la roca, considerada inexpugnable por los portugueses y armada con “46 bocas de fuego” (Lagrange, 1967, p. 56). El año anterior, Duclerc, impedido por los disparos de los cañones de las fortalezas de penetrar por la bahía, intentó una jugada sorprendente: desembarcó en la ensenada de Guaratiba, en la costa del Atlántico, muy lejos del centro de la ciudad, atravesó el entonces “sertão” carioca e invadió la ciudad por tierra, pero aun así fue derrotado por los soldados y la población que resistieron. En cambio, Duguay-Trouin fue osado y decidió forzar la entrada en la bahía, aprovechando una espesa neblina y el viento este favorable, de modo que “solo tardíamente consiguieron los enemigos apercibirse de nuestra presencia” (Lagrange, 1967, p. 54). Logró atacar y ocupar la Ilha das Cobras, una posición estratégica, y desde allí, en la madrugada del día siguiente, siguió la idea de su antecesor de desembarcar donde menos se esperaba, es decir, en la zona de muelles, ensenadas (entonces llamadas “sacos”), islas, cerros, escasamente poblada, en la costa norte de la ciudad (ver parte superior del mapa siguiente), que a principios del siglo XX sería totalmente rectificada y desfigurada para la construcción del moderno muelle del puerto.

Figura 8: “A Capital do Brasil”, planta de Río de Janeiro de 1831.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

¿Dónde desembarcó exactamente Duguay-Trouin? Lagrange relata:

A las 8 horas de la mañana, encontrándose todas las chalupas y demás embarcaciones menores, debidamente guarnecidas de combatientes, junto a los tres navíos señalados, para que el asalto fuera ejecutado en conjunto, es decir, con todas las fuerzas de desembarco, nos aproximamos a una ensenada tan llena de piedras que, al no poder abordar tierra, nuestros soldados se vieron obligados a caer al agua, entrando en ella hasta la cintura hasta la playa, donde ya los esperaban los oficiales, que los disponían en orden de combate a medida que llegaban. Tampoco encontramos aquí la menor resistencia por parte del enemigo. (Lagrange, 1967, p. 64)

¿Pero exactamente en qué ensenada desembarcaron los franceses? El mapa “Prise de Rio-Janeyro 1711” (“Tomada del Río de Janeiro 1711”) muestra que el desembarco ocurrió en la Praia do Saco do Alferes, cuyo trazado correspondía a la actual calle Santo Cristo, en el barrio del mismo nombre. Los nombres de la playa y ensenada (saco) se deben al Alférez Diogo de Pina, que allí habitaba.

Figura 9: Lugar de desembarque de las tropas de Duguay-Trouin en el Saco do Alferes (flecha). En los cerros al frente, con cuadraditos en la cima, los franceses establecieron el Premier Campement (Primer Campamento). Son ellos los actuales cerros del Pinto (letra A) y da Providência (letra B). Vemos también el Morro do Livramento (letra C), que por un error del mapa está separado del Morro da Providência, y el Morro da Conceição (letra D), lugar del palacio episcopal, tomado siete días después, donde establecieron el Second Camp (Segundo Campamento).

Fuente: Detalle del mapa “Prise de Rio-Janeyro 1711” (“Tomada del Río de Janeiro 1711”).

Tras el desembarque en aquella ensenada, los franceses ocuparon los cerros al frente, para desde allí planear el descenso y ocupación del área más habitada. Cuenta Duguay-Trouin en sus memorias:

Desembarcadas nuestras tropas y municiones, ordené al señor caballero de Goyon y al señor caballero de Courserac avanzar al frente de sus brigadas para apoderarse de las dos colinas, desde donde se divisaba toda la llanura y parte de los movimientos ejecutados en la ciudad. [...] nuestras tropas acamparon en el siguiente orden. La brigada de Goyon ocupó la colina que miraba hacia la ciudad; la de Courserac se estableció en el monte opuesto; y yo me coloqué en el centro con la brigada del centro. (Duguay-Trouin, 1884, p. 70-71)

¿Qué cerros habrían sido ocupados por los franceses tras el desembarque? Examinando el detalle del mapa *“Prise de Rio-Janeyro 1711”* arriba, así como el detalle del mapa de Jacques Funck de 1768 de las fortalezas de Río de Janeiro abajo, vemos que fueron: 1) el actual Morro do Pinto (letra A), que ya se llamó Monte de Santa Teresa, debido a la capilla con ese nombre, y después Morro do Nheco – el actual Morro de Santa Teresa se llamaba entonces Morro do Desterro; 2) el Morro da Providência (letra B). Corrobora esta tesis el hecho de que desde lo alto de ambos cerros se divisa una vasta vista de la ciudad, tanto hacia el núcleo urbano al sur como hacia la bahía al norte y, en el caso del Morro do Pinto, el “sertão” al oeste.

Figura 10: Detalle mostrando los dos cerros ocupados por los invasores franceses tras el desembarque en el Saco do Alferes.

Fuente: Jacques Funck, “Relation generale de toutes les Forteresses a Rio de Janeiro”, 1768, Biblioteca Nacional Digital.

Figura 11: Marc Ferrez, “Vista del centro de la ciudad desde el Morro da Providência”, alrededor de 1890.

Fuente: Brasiliana Fotográfica.

Aquí tenemos un problema de nomenclatura, algo común al estudiar la historia urbana, ya que los nombres de los lugares sufrieron modificaciones con el tiempo, sin mencionar los nombres populares no registrados en mapas, como Morro da Favela para designar al Morro da Providência. Leemos en las Efemérides Brasileiras del Barão do Rio Branco que Duguay-Trouin “ocupó sin resistencia las alturas de São Diogo, Providência y Livramento”, y en otras obras también leemos que el invasor francés ocupó el Morro de São Diogo. Aquí creemos que no se trata del verdadero Morro de São Diogo, frente a la Estación Leopoldina, que desde tiempos coloniales albergó una cantera y hoy una pequeña favela, sino del actual Morro do Pinto. Esta creencia se corrobora con el mapa de 1850 abajo, donde “Morros de S. Diogo” designan al Morro de São Diogo propiamente dicho y una parte del actual Morro do Pinto. Además, el mapa *“Prise de Rio-Janeyro 1711”* mostró claramente que los franceses ocuparon los dos cerros frente al Saco do Alferes: do Pinto y da Providência.

Figura 12: “Plano que compreende a planta da Corte do Rio de Janeiro e os seus Subúrbios” de 1850 (detalle).

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

2.2 El Morro da Providência en los siglos XIX y XX

Duguay-Trouin permaneció dos meses en Río de Janeiro y solo se retiró tras extorsionar al gobernador con un elevado rescate. Al pie del Morro da Providência se creó en 1811 el primer cementerio a cielo abierto de la ciudad, el Cemitério dos Ingleses. A lo largo del siglo XIX, el cerro (en especial sus partes más bajas) fue ocupado por personas de bajos ingresos o incluso por maleantes. La lectura de periódicos de la época da la impresión de que era un lugar desprovisto de infraestructura, peligroso, evitado por la policía. Por ejemplo, en el Correio Mercantil del 30 de abril de 1848 encontramos este retrato poco halagador del cerro:

Habiéndose dirigido la atención pública hacia el museo de la calle da Providência, nadie se acuerda de mirar al morro da Providência, o mejor dicho da Formiga [nombre que tenía en la época la vertiente sur del cerro], porque allí no hay providencia de calidad alguna, ni siquiera de luz, ya que la iluminación es algo que aún no ha llegado, las patrullas incluso ignoran la existencia del cerro, los peatones aún menos; sin embargo, en relación a su poca extensión ya está bastante poblado, y los maleantes y facinerosos tienen allí un excelente asilo para librarse de las pesquisas de la policía. (Publicaciones [...], 1848, p. 2)

El 19 de julio de 1857, el Correio Mercantil noticia, en la página 2, en una nota firmada por “El residente agradecido”, la llegada de la iluminación pública al Morro: “El morro da Providência no tenía faroles, y por el empeño de las autoridades competentes fueron recientemente colocados allí para comodidad y seguridad de sus residentes.”

Según una nota en la primera página del Diário do Rio de Janeiro del 13 de agosto de 1868 titulada “Morro da Providência”, el cerro poseía “más de 100 casas; en ellas residen más de 1.000 personas, que allí buscan vivienda, ya por la modicidad de los alquileres, ya por el aire saludable que allí se disfruta”, derribando el mito de que antes de la ocupación de los soldados de Canudos el cerro estaba deshabitado.

En 1896, cuando la Guerra de Canudos aún se desarrollaba, unos pocos ranchos ya se alzaban en lo alto del cerro, como muestra esta nota policial titulada “Homicidio” de O Paiz del 27 de enero:

Una escena más de ira feroz, de cólera bestial, ensangrentó ayer el ya bastante rojo mes de enero de 1896. Seis horas, tarde serena, sol poniente, un sol tibio que durante el día no había salido de detrás del espeso cortinaje de nubes; y lo alto del morro da Providência, cubierto de vegetación, vacío de casas, que aparecen solo aquí y allá, mal cubiertas de zinc, sirviendo de teatro para un crimen de la más bárbara y estúpida naturaleza. (Homicidio, 1896, p.1)

El número 20B de la revista Bazar Volante de 1866 sugiere, en la página 7, que se cambie el nombre del Morro da Providência por “monte del infierno, protuberancia de Satanás, purgatorio de la vida, sierra del destierro”.

En una palabra, llámenlo como quieran menos morro da Providência!... No quieran que el pobre pueblo que aún conserva un resto de creencia y un poquito de fe tenga la desgracia de perderlas, tomando como dones de la Providencia los flagelos que sufre en su cerro! (Nihil, 1866, p. 7)

Mientras que el morro do Livramento, en cuya hacienda de la familia Barroso la madre de Machado de Assis era agregada, ya contó con una capilla a principios del siglo XIX, como atestigua el Padre Perereca en la Introducción a las Memórias para Servir à História do Reino do Brasil[3], solo a principios del siglo XX el Morro da Providência ganó dos lugares de culto: la Iglesia de Nossa Senhora da Penha y el “Oratorio” que estamos tratando (Perereca, 2013).

El papel religioso del Oratorio no se limitó a la inauguración del nuevo siglo, sino que se extendió por algunos años posteriores. Por ejemplo, el Correio da Manhã del 20 de septiembre de 1902 anuncia, en la página 4:

GRANDES FIESTAS [...] en honor a Nossa Senhora da Penha. A las 11 de la mañana misa rezada por devoción por el canónigo Curio, vicario de la Parroquia del Señor Santo Cristo. A las 5 horas saldrán en procesión los andas de Nossa Senhora da Penha, S. Benedito dos Navegantes y del Señor Bom Jesus do Monte que, en visita al Señor Crucificado Bom Jesus do Mirante, rodean su ermita erigida en lo alto del Morro da Providência [es decir, el Oratorio]. (Grandes [...], 1902, p. 4)

El Jornal do Brasil del 24 de septiembre de 1911 anuncia una procesión “en homenaje al Señor Bom Jesus do Mirante, dando vueltas al monumento Século XX” (Irmandade [...], 1911, p. 14). A partir de ahí, los anuncios de fiestas religiosas en aquel lugar desaparecen del Jornal do Brasil, reapareciendo por última vez en la página 10 de la edición del 19 de julio de 1931: “Se realizará mañana, en la Capilla del Mirante, en lo alto de la Favela, una gran fiesta religiosa” (Capella [...], 1931, p. 10). Debe haber sido la última misa allí celebrada, pues para entonces ya era un lugar considerado “inhóspito”, como revela el final de la nota, que alaba al vicario de la Iglesia de Santo Cristo y a dos jóvenes fieles que “sin medir sacrificios, atraviesan por así decir las inhóspitas canteras de la Favela” (Capella [...], 1931, p. 10).

Obsérvese que la designación “Oratorio del Morro da Providência” solo fue adoptada en la década de 1980, época de su declaración como patrimonio. A principios del siglo XX era designado como Monumento del Siglo XX, Monumento del Bom Jesus do Mirante, monumento del siglo XX en homenaje al Señor Bom Jesus do Mirante, capillita del Señor Bom Jesus do Mirante o Capilla del Señor Bom Jesus do Mirante, albergando en un altar una “bella y sagrada imagen, en tamaño natural, del Señor Bom Jesus” (Senhor [...], 1926, p. 18).[4]

A lo largo del siglo XX, el cerro fue ocupado totalmente por la favela, que llegó hasta el Oratorio en lo alto y el Cemitério dos Ingleses en la base. En la crónica “A Favela que eu vi” de 1924, el periodista y escritor Benjamim Costallat describe su ascenso al entonces conocido como Morro da Favela:

– ¿Vamos al cerro del crimen?...

– Vamos...

La Favela, a lo lejos, con sus casuchas minúsculas, parecía un pesebre inmenso.

Bajamos en la Calle da América. Una de las calles más sórdidas de Río de Janeiro. Enlodada, inmunda.

Ligada al morro do Pinto por la Ponte dos Amores, la Favela, con sus casuchas, relucía al sol.[5]

¡Ponte dos Amores!...

Bien podría llamarse Ponte dos Suspiros, como su colega de Venecia.

Aunque no fuera de mármol, como el puente de los dogos, sino de madera muy tosca, el puente que une el Pinto a la Favela ha visto también suspirar a mucha gente. Ha visto muchos suspiros de agonía...

Hace poco tiempo, se asaltaba a pleno día en la Ponte dos Amores. De noche, se mataba.

Hoy, todo está mejor.

Pero aún es peligrosa, muy peligrosa, la puente de madera, refugio de los amores violentos de los maleantes y las criollas... (COSTALLAT, 1990, p. 33)

En 1952, una escena a los 59 minutos de la película Tudo Azul, filmada en lo alto del Morro da Providência, con el oratorio al fondo, mostró un grupo de lavanderas lavando ropa o cargando latas de agua, al son de la famosa canción “Lata d’água na cabeça / Lá vai Maria” interpretada por Marlene. En 2010, el Morro da Providência albergaba a 4.094 residentes según el censo demográfico de aquel año (Nunes, 2025).[6]

Figura 13: Escena de la película Tudo Azul, de 1952, dirigida por Moacyr Fenelon, filmada frente al Oratorio.

Fuente: Captura de pantalla, Tudo Azul, disponible en Youtube.

  1. Fortificación de la Ciudad tras el Susto de 1711

La humillación de la invasión de 1711 hizo que los gobernadores y luego los virreyes “corrieran tras el daño” y se empeñaran en fortificar la ciudad. Dada la visión privilegiada desde lo alto del Morro da Providência, era de esperar que fuera aprovechado al menos como puesto (atalaya) de observación.

El primer plan de fortificación, encargado poco después de esa invasión al ingeniero francés Jean Massé, preconizó la ampliación y reforma de las fortalezas del litoral, la construcción o reforma de fortificaciones en la cima de cuatro cerros (Conceição, Santo Antônio, São Bento y Castelo) y la construcción de una muralla entre los cerros del Castelo y da Conceição para la defensa del núcleo urbano, proyecto que finalmente no avanzó, ya que impedía la expansión natural de la urbe (Santos, 2009). La Fortaleza da Conceição, prevista en el plan, quedó lista en 1718. Los cerros en la región del desembarco de Duguay-Trouin, fuera de la muralla planeada, no fueron contemplados por el plan de Massé.

El plan del ingeniero sueco Mariscal Jacques Funck de 1768 sí contempla estos cerros, dando estas recomendaciones:

La única defensa que actualmente existe por el lado de la Campiña consiste en dos Fortalezas, de S. Sebastião [en el Morro do Castelo] y da Conceição, las cuales son de poca utilidad para aquella parte; además, no se protegen ni dominan sus suburbios, lo que es esencial para una buena defensa – debido al gran número de casas que las rodean y que forman una gran parte de la Ciudad, avanzando esta mucho más allá de las dos Fortalezas hacia la parte de la campiña, lo que obstaculiza toda defensa que podrían hacer contra el avance hacia la ciudad – además de los inconvenientes antes mencionados, las dos Fortalezas en cuestión tienen el gran defecto de ser dominadas por otras dos alturas mucho más elevadas que aquellas en las que están construidas, cuyas alturas se encuentran a 650 brazas una de la otra hacia la parte de la Campiña: una llamada Monte de S. Diogo, que queda al oeste de la ciudad, y la otra Monte de Santa Teresa, que queda al lado sur de la Ciudad. Las cumbres de estas dos están casi igualmente elevadas sobre la superficie del mar y también casi a igual distancia de la Ciudad: ambas se inclinan con escarpes casi iguales hasta las márgenes de la Bahía, donde terminan. La situación de estas dos alturas encierra entre sí a la Ciudad y, en consecuencia, toda ella está dominada por ellas, así como sus suburbios, pues el Monte de São Diogo está situado con mucha más ventaja para dominar toda la Campiña alrededor al oeste de la Ciudad y una buena parte de la margen de la Bahía, y aquel de Santa Teresa domina una parte de la campiña frente a la Ciudad y también una parte de la margen que corre al sur de la Ciudad: el resto de la Campiña por este lado está cubierto por una altura muy elevada llamada Monte da Pedreira [actual Morro da Nova Cintra], que se une con el de Sta. Teresa y detrás de la Ciudad. (Antunes, 1957, p. 17)

Funck dice que la ciudad de aquella época (el actual centro de la ciudad) era “dominada” (“comandar” en el sentido de “estar en posición sobresaliente; estar en posición más elevada” – acepción 10 del término “comandar” en el diccionario Houaiss) al oeste por el Monte de S. Diogo y al sur por el Monte de Santa Teresa. En este período, el Monte de Santa Teresa ya no designaba al actual Morro do Pinto, sino al cerro que hasta hoy lleva ese nombre, famoso por el “bondinho”. Funck afirma que ambos cerros tenían más o menos la misma altura, siendo mucho más altos que los del Castelo y da Conceição. Ahora bien, el único cerro de la costa norte de la ciudad (actual Zona Portuaria) con altura similar a la del Morro de Santa Teresa es el da Providência, con 115 metros – el Curvelo, en Santa Teresa, está a 117 metros.

El “Plan des Fortifications Proposées sur la Hauteur de S. Diogo” (“Plano de las Fortificaciones Propuestas en el Morro de S. Diogo”), dibujado por el propio Funck, con la leyenda “NA SA DE LIVRAMENTO” bajo la flecha (solo visible al ampliar la planta en la pantalla de la computadora) indica que se trata, en realidad, del Morro da Providência.

Figura 14: “Plan des Fortifications Proposées sur la Hauteur de S. Diogo”, de Jacques Funck.

Fuente: Rede Memória.

También el mapa manuscrito del Río colonial de 1760 indica que, en aquel entonces, “Morro de São Diogo” designaba a los Morros do Livramento/Providência.

Figura 15: Mapa del Río Colonial de 1760 (detalle).

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

Un virrey que se esforzó mucho por la defensa de la ciudad fue el Conde de Resende. En su artículo “Fortificações do Rio de Janeiro”, el general Paranhos Antunes menciona:

Una valiosa colección de Planos hechos por orden del Conde de Resende, Virrey del Estado de Brasil, en los que se muestran las Baterías que se erigieron nuevamente para la defensa de la ciudad de S. Sebastião do Rio de Janeiro, así como las reparaciones y ampliaciones hechas en las principales Fortalezas, precedidos de dos Planos de la Bahía, que dan idea de la “entrada del Puerto y de los diferentes fondeaderos, acompañados de sus inscripciones y Mapas de las piezas de artillería. (Antunes, 1957, p. 17).

Para evitar la multiplicidad de baterías a lo largo del Saco da Gamboa y del Alferes y los gastos que implicarían, se resolvió que dos embarcaciones armadas en la ocasión y apostadas entre el morro da Saúde y la isla das Pombas (actual Isla de Santa Bárbara) harían la defensa de la entrada de dichas ensenadas; ‘sin embargo, estas deben siempre ser protegidas por la fortificación que se pretende hacer en la cima del Monte de Paulo da Caieira – lugar este de gran ventaja, porque él domina las dichas ensenadas que le quedan al norte y también domina hacia el oeste hasta el sur, Mata Porcos (Camino de Mata Porcos, actual Rua Estácio de Sá), el camino que viene hacia la Ciudad y parte del Campo de Santana, y del sur hacia el este hasta el norte domina el resto del Campo de Santana, gran parte de la Ciudad y la fortaleza da Conceição’.” (Antunes, 1957, p. 17)

Vemos entonces que, en cierto momento, se consideró construir una fortificación en la cima del Monte de Paulo da Caieira, que no es otro que nuestro Morro da Providência.

Figura 16: Detalle de la “Planta da Cidade de S. Sebastião do Rio de Janeiro levantada por Ordem de sua Alteza Real” de 1812 donde el Morro da Providência es llamado Monte de Paulo da Caeira.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

  1. Intento de Descifrar el Misterio del Oratorio

Figura 17: El Oratorio fotografiado por Augusto Malta a principios del siglo XX.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

La versión de que el oratorio fue erigido por los soldados retornados de Canudos no resiste un análisis detallado. Cuando fue fotografiado por Augusto Malta a principios del siglo XX, el “Oratorio” ostentaba en su cúspide una gran cruz y en el frontispicio, sobre la puerta ojival, la inscripción “A JESUS CHRISTO” (la inscripción y la cruz superior se perdieron). La lectura de periódicos y revistas de la época revela que fue inaugurado el 1 de enero de 1901, el primer día del siglo XX, y construido con el objetivo explícito de conmemorar el cambio de siglo.

Una lectura atenta de las noticias de la inauguración revela un dato interesante. Por ejemplo, en la página 2 de la edición del 15 de diciembre de 1900 del semanario católico ‘O Apóstolo’, leemos:

Está casi concluido el monumento, la grandiosa Cruz que en el Morro da Providência será erigida para conmemorar la pasaje del siglo y el amor de este pueblo a Jesucristo Redentor. Será bendecido e inaugurado el 31 del corriente por el Excmo. Rvdmo. Sr. Arzobispo. Nuestros elogios a sus promotores. (MONUMENTO, 1900a, p. 2).

En la página 2 de la edición del 22 de diciembre del mismo año, se anunciaba:      “La inauguración de la Cruz, que como monumento en honor a Jesucristo se erguirá en el Morro da Providência, se realizará el día 1 de enero, a las 5 de la tarde, siendo bendecida por el Excmo. Sr. Arzobispo D. Joaquim Arcoverde” (MONUMENTO, 1900b, p. 2).

La Gazeta de Notícias del 24 de diciembre de 1900, en un artículo en primera página titulado Cruz Commemorativa, informa:

“Está concluido el bello monumento conmemorativo de la pasaje del siglo, en lo alto del Morro da Providência. Los esfuerzos de la valiente comisión que tiene a su frente el infatigable canónigo Curio fueron coronados de éxito completo. El día primero se celebrará la misa, una verdadera misa campal, teniendo por dosel el esplendor del cielo y por perspectiva uno de los más bellos panoramas que se disfrutan en esta capital. En la noche del 31 al 1, al terminar el siglo XIX y al surgir el siglo XX, el monumento estará iluminado. En cada una de sus tres puertas habrá una cruz luminosa que puede ser vista y adorada a gran distancia. La misa, de la que será celebrante el Sr. canónigo Curio, se realizará a las 10 de la mañana del día 1 de enero. Es fácil imaginar lo que será el acto, en un punto tan elevado de la ciudad y donde puede acomodarse una incalculable multitud de fieles. A medianoche se elevará un enorme globo que tiene en una de sus caras una gran cruz luminosa. [...] El día 1, por la tarde, el Sr. arzobispo visitará el monumento. S. E. Rvdma. subirá por la ladera del Barroso, y por eso sabemos que los respectivos residentes ya se preparan para decorar sus casas, dando así una festiva recepción al ilustre prelado, a quien están confiados los destinos de esta arquidiócesis. La fiesta se anuncia llena de interés y atractivos para la familia católica.” (CRUZ..., 1900, p. 1).

El Jornal do Brasil del 28 de diciembre de 1900, en un artículo en primera página titulado “A Passagem do Século”, noticia:

“Todo el mundo cristiano se prepara para solemnizar la pasaje del siglo expirante al siglo XX [...]. En Río de Janeiro, como en todo el mundo católico, la Iglesia solemnizará la pasaje del siglo, haciendo celebrar misas en varias parroquias. En el Morro da Providência será inaugurada la gran cruz en homenaje a Jesucristo Redentor, y a las 10 horas habrá misa solemne. Además de estas ceremonias religiosas, la comisión organizadora de la peregrinación santa resolvió aplicar el saldo de las cantidades recaudadas para aquel fin en los festejos externos, que se efectuarán el 31. En los cerros da Providência, Valongo, Viúva, Castelo y otros se quemarán morteros, y veinte bandas de música militar recorrerán las calles de la capital y los arrabales a medianoche.” (PASSAGEM..., 1900).

El periódico O Paiz del 30 de diciembre de 1900, en un artículo de la página 2 titulado “O Século XX”, informa: “A las 10 horas de la mañana del día 1 de enero, será solemnemente inaugurada, en el Morro da Providência, la cruz conmemorativa de la pasaje del siglo, asistiendo a la ceremonia el Sr. arzobispo metropolitano.” (SÉCULO…, 1900).

Obsérvese que los artículos de prensa dan a entender que el “monumento” que se inaugura es la “grandiosa cruz”, “cruz conmemorativa” o “gran cruz” (luego perdida) en lo alto, no la estructura completa. ¿Habría sido entonces la cruz erigida sobre una construcción preexistente en aquella cima del cerro? Y, de ser así, ¿qué construcción sería esa?

La fotografía de 1881 y los grabados de 1847 y alrededor de 1860, presentados al inicio de este artículo, revelan que sí. Además, varios mapas antiguos muestran la existencia de una construcción en aquel punto. Por ejemplo, la “Planta da Cidade de S. Sebastião do Rio de Janeiro, levantada por ordem de S. A. R. Príncipe Regente Nosso Senhor no ano de 1808”, ya vista en este artículo, y este “Plano da Cidade do Rio de Janeiro” de 1791:

Figura 18: “Plano da Cidade do Rio de Janeiro com a Parte Mais Essencial do seu Porto e Todos os Lugares Fortificados”, “elevado e sondado pelo Marechal Jaques Funck em 1788 e aumentado segundo o novo Plano da Cidade elevado em 1791”.

Fuente: Biblioteca Nacional Digital.

4.1 ¿Pero qué construcción sería esta?

Para responder a esta pregunta, recurriré a una tesis que el investigador independiente Gilmar José Santana de Barros[7] me comunicó al discutir el tema y que gentilmente permitió utilizar en este artículo. Su idea es que la “gran cruz” inaugurada en la transición al siglo XX habría sido erigida sobre una antigua atalaya abandonada, remanente de la ocupación francesa de los cerros o construida en el siglo XVIII durante la ola de fortificación de la ciudad, de la cual también resultó la Fortaleza da Conceição. Según él, “las paredes muy gruesas indican una construcción antigua”, y las puertas que ofrecían amplia visión hacia los cuatro puntos cardinales refuerzan la tesis de que se trataba de una “garita de vigilancia marítima”. La forma ojival de las puertas habría resultado de la conversión de la vieja y abandonada atalaya en oratorio, cuando el neogótico estaba en boga, como muestra el Castillo de la Isla Fiscal inaugurado en 1889. Originalmente, la atalaya habría servido para vigilar la costa, especialmente si consideramos su posición estratégica abarcando el fondo de la bahía, la playa Formosa, el Saco do Alferes y la playa de São Cristóvão, zonas vulnerables por no poder ser monitoreadas desde los promontorios del Centro, São Bento, Conceição (retirado) y el cerro do Castelo.

La tesis de la atalaya es reforzada por los planes de fortificación del Mariscal Funck y aquellos encargados por el Conde de Resende, ya analizados en este artículo, los cuales, aunque no cumplidos al pie de la letra, podrían haber dado lugar a la construcción de al menos un puesto de observación en lo alto del Morro da Providência. También refuerza esta idea la información del ingeniero militar Augusto Fausto de Sousa en el artículo “Fortificações no Brasil”, en la página 111 del tomo 48, Parte II, de la Revista do Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro, donde menciona que “existía una multitud de baterías y fortines en todo el contorno desde Gamboa hasta la Praia do Arpoador”.

De esta forma, concluyo el artículo con dos fotografías recientes para apreciación del lector:

Figura 19: Frente del oratorio, fotografía tomada en 2015.

Fuente: Acervo personal.

Figura 20: Parte trasera del oratorio, fotografía tomada en 2015.

Fuente: Acervo personal.

Referencias

ANTUNES, G. D. PERANHOS. Fortificações do Rio de Janeiro: Memórias e Relatórios - Conclusão. Jornal do Commercio, Rio de Janeiro, ano 130, n. 184. 12 mayo 1957. 3º Caderno, p. 17. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/364568_14/43656. Acceso en: 13 mayo 2025.

CAPELLA do Bom Jesus do Mirante (Favela) da Parochia de Santo Cristo dos Milagres. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, ano 41, n. 172. 19 jul. 1931. Secção Religiosa, p. 10. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/030015_05/14937. Acceso en: 12 mayo 2025.

COSTALLAT, Benjamim. Mistérios do Rio. Rio de Janeiro, Biblioteca Carioca, 1990.

CRUZ commemorativa. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, ano 26, n. 357. 24 dic. 1900. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/103730_04/1684. Acceso en: 13 mayo 2025.

CUNHA, Euclides da. Os Sertões. Ministério da Cultura, Fundação Biblioteca Nacional, Departamento Nacional do Livro, s.d.. Disponible en: http://www.dominiopublico.gov.br/pesquisa/DetalheObraForm.do?select_action=&co_obra=2163.

EDMUNDO, Luís. O Rio de Janeiro do meu tempo. Brasília, Edições do Senado Federal, 2003.

GRANDES festas. Correio da Manhã. Rio de Janeiro, ano 2, n. 463. 20 sept. 1902. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/089842_01/2516. Acceso en: 12 mayo 2025.

HOMICIDIO. O Paiz, Rio de Janeiro. Ano 12, n. 4134, 27 ene. 1896. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/178691_02/14780. Acceso en: 12 mayo 2025.

IRMANDADE de Nossa Senhora da Penha. Conclusão de suas festividades. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, ano 21, n. 267. 24 sept. 1911. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/030015_03/10255. Acceso en: 12 mayo 2025.

LAGRANGE, Louis Chancel de. A tomada do Rio de Janeiro em 1711 por Duguay-Trouin. Traduzido por Mário Ferreira França. Rio de Janeiro, Departamento de Imprensa Nacional, 1967. Disponible en: https://imprensa2.in.gov.br/o/biblioteca-digital-internet-lf7_1-ce-theme/pdf/index.html?file=https://imprensa2.in.gov.br/documents/20127/0/A+Tomada+do+Rio+de+Janeiro+em+1711+por+Duguay+-+Trouin.pdf/8fb1e007-4489-04ae-3cbb-d3facbcfbeb5. Acceso en: 12 mayo 2025.

UM MONUMENTO. O Apóstolo, Rio de Janeiro, ano 36, n. 73. 15 dic. 1900. Noticiario, p. 2. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/343951/16586. Acceso en: 13 mayo 2025.

MONUMENTO. O Apóstolo, Rio de Janeiro, ano 36, n. 74. 22 dic. 1900. Noticiario, p. 2. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/343951/16590. Acceso en: 13 mayo 2025.

MORADOR AGRADECIDO, O. Correio Mercantil, Rio de Janeiro, Ano 14, n. 196, 19 jul. 1857. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/217280/13555. Acceso en: 12 mayo 2025.

MORRO da Providência. Diário do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, Ano 51, n. 222, 13 ago. 1868. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/094170_02/23292. Acceso en: 12 mayo 2025.

NIHIL. [Sem título]. Bazar Volante. Rio de Janeiro, ano 3, n. 20. feb. 1866. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/docreader/714194/561. Acceso en: 12 mayo 2025.

NOTÍCIAS diversas. Correio Mercantil, Rio de Janeiro, Ano 13, n. 171, 21 jun. 1856. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/217280/12008. Acceso en: 12 mayo 2025.

NUNES, Gabriel. Morro da Providência. 2025. Dicionário de Favelas Marielle Franco Disponible en: https://wikifavelas.com.br/index.php/Morro_da_Provid%C3%AAncia. Acceso en: 12 mayo 2025.

A PASSAGEM do século. Jornal do Brasil, ano 10, n. 362. 28 dic. 1900. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/030015_02/9199. Acceso en: 13 mayo 2025.

PERERECA, Padre (Luís Gonçalves dos Santos). Memórias para Servir à História do Reino do Brasil. Brasília, Edições do Senado Federal, 2013.

PUBLICAÇÕES a pedido. Correio Mercantil, Rio de Janeiro, Ano 5, n. 118, 30 abril 1848. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/217280/473. Acceso en: 12 mayo 2025.

RIO DE JANEIRO. Prefeitura Municipal. Guia do Patrimônio Cultural Carioca: Bens Tombados. Rio de Janeiro, [s.n.], 2014, 5a ed.

SANTOS, Jorge Paulo Pereira dos. O papel das invasões francesas nas estratégias de reestruturação da defesa do Rio de Janeiro no século XVIII. 2009. 129 f. Disertación (Maestría en Geografía) - Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2009.

O SÉCULO xx. O Paiz, ano 17, n. 5928. 30 dic. 1900. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/178691_03/1830. Acceso en: 13 mayo 2025.

SENHOR Bom Jesus do Mirante. Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, ano 36, n. 167. 15 jul. 1926. Avisos Funebres, p. 18. Disponible en: http://memoria.bn.gov.br/DocReader/030015_04/48026. Acceso en: 12 mayo 2025.

Sobre el Autor

Ivo Korytowski, graduado y licenciado en Filosofía por la UFRJ, es escritor con tres obras premiadas, traductor jubilado, investigador de la historia de Río de Janeiro, bloguero y youtuber. Tiene artículos publicados en diversas revistas, como la Revista Brasileira da ABL, Revista do IHGB, Revista do IHGRJ, entre otras.

Contribuciones del Autor

Conceptualización, I.K.; metodología, I.K.; software, I.K.; validación, I.K.; análisis formal, I.K.; investigación, I.K.; recursos, I.K.; curaduría de datos, I.K.; redacción—preparación del borrador original, I.K.; redacción—revisión y edición, visualización, I.K.

Conflictos de Interés

El autor declara no tener conflictos de interés.

Sobre la Coleção Estudos Cariocas

La Coleção Estudos Cariocas (ISSN 1984-7203) es una publicación dedicada a estudios e investigaciones sobre el Municipio de Río de Janeiro, vinculada al Instituto Pereira Passos (IPP) de la Secretaría Municipal de la Casa Civil de la Alcaldía de Río de Janeiro.

Su objetivo es divulgar la producción técnico-científica sobre temas relacionados con la ciudad de Río de Janeiro, incluyendo sus conexiones metropolitanas y su inserción en contextos regionales, nacionales e internacionales. La publicación está abierta a todos los investigadores (sean empleados municipales o no), abarcando áreas diversas — siempre que aborden, parcial o totalmente, el enfoque espacial de la ciudad de Río de Janeiro.

Los artículos también deben alinearse con los objetivos del Instituto, a saber:

  1. promover y coordinar la intervención pública en el espacio urbano del Municipio;
  2. proveer e integrar las actividades del sistema de información geográfica, cartográfica, monográfica y de datos estadísticos de la Ciudad;
  3. apoyar el establecimiento de las directrices básicas para el desarrollo socioeconómico del Municipio.

Se dará especial énfasis a la articulación de los artículos con la propuesta de desarrollo económico de la ciudad. De este modo, se espera que los artículos multidisciplinarios enviados a la revista respondan a las necesidades de desarrollo urbano de Río de Janeiro.

/


[1] Jean-François Duclerc fue un corsario francés que atacó Río de Janeiro a finales de agosto de 1710, pero fue derrotado.

[2] El autor de la narración, el Primer Teniente Louis Chancel de Lagrange, servía a bordo de la fragata L’Aigle, una de las diecisiete naves que conformaban la armada francesa de René Duguay-Trouin.

[3] Escribe el padre: “continúa por el mismo lado el gran morro del Livramento, en cuya cima se nota una hermosa casa de campo, y contigua a ella la capillita de Nuestra Señora, de la misma invocación”. Padre Perereca, Memorias para Servir a la Historia del Reino del Brasil. Brasília, Edições do Senado Federal, 2013, p. 38.

[4] Según revela un anuncio de la cuidadora de la capilla, Thereza Maria de Jesus, en la página 18 del Jornal do Brasil del 15 de julio de 1926, titulado “Señor Bom Jesus do Mirante”, solicitando contribuciones “ya sea en dinero, ya sea en materiales” para la restauración de su interior.

[5] Con la construcción del viaducto en los años 1970, se demolió el puente que conectaba los dos cerros.

[6] Diccionario de Favelas Marielle Franco, entrada “Morro da Providência”.

[7] El mencionado investigador nunca publicó un artículo presentando su tesis. Al leer en mi blog “Literatura, Rio de Janeiro & São Paulo” una publicación sobre el Oratorio que yo había visitado, él me contactó y me comunicó su hipótesis de la atalaya. Como al principio no le di crédito, me envió argumentos y evidencias que finalmente me convencieron. Le sugerí que escribiera un artículo, pero no quiso, así que propuse profundizar en el estudio y escribir yo mismo sobre el tema, y él aceptó. Tras la pandemia, desafortunadamente nunca más logré contactarlo.