Volumen 13 Número 2 *Autor(a) correspondiente julianacarvalhotrece@yahoo.com Envío 01 jul 2025 Aceptación 15 ago 2025 Publicación 10 oct 2025 ¿Cómo citar? TRECE, J. C. C. La influencia del contexto político en la desindustrialización de Río de Janeiro. Coleção Estudos Cariocas, v. 13, n. 2, 2025. El artículo fue originalmente enviado en PORTUGUÉS. Las traducciones a otros idiomas fueron revisadas y validadas por los autores y el equipo editorial. Sin embargo, para una representación más precisa del tema tratado, se recomienda que los lectores consulten el artículo en su idioma original. | La influencia del contexto político en la desindustrialización de Río de Janeiro The influence of the political context on the deindustrialization of Rio de Janeiro A influência do contexto político na desindustrialização do Rio de Janeiro Juliana Carvalho da Cunha Trece¹ 1Instituto Brasileiro de Economia, Rua Presidente Carlos de Campos, 417, Laranjeiras, ResumenEste artículo analiza la desindustrialización de Río de Janeiro, que ha mostrado recientemente uno de los peores desempeños económicos de Brasil, con fuerte caída en la industria manufacturera. La ciudad de Río de Janeiro se destaca como el epicentro de este proceso, debido a su histórica fragmentación política con el resto del estado, lo que ha dificultado la formulación de una estrategia regional de desarrollo. A pesar de los desafíos impuestos por el perfil petrolero del estado, la transición energética puede representar una oportunidad de reindustrialización, si se implementan cambios institucionales que promuevan el desarrollo regional y la diversificación económica. Palabras clave: Río de Janeiro, desindustrialización, fragmentación política. AbstractIn this article, the deindustrialization of Rio de Janeiro is analyzed, as the state has recently shown one of the worst economic performances in the country, marked by a sharp decline in the manufacturing sector. The city of Rio de Janeiro emerges as the epicenter of this deindustrialization, rooted in its historically fragmented political relationship with the rest of the state, which has hindered the formation of a regional development strategy. Despite the challenges posed by the state’s oil dependency, the energy transition could represent an opportunity for reindustrialization, if institutional changes support regional development and economic diversification. Keywords: Rio de Janeiro, deindustrialization, political fragmentation. ResumoNeste artigo analisa-se a desindustrialização fluminense, pois o Rio de Janeiro tem apresentado, recentemente, um dos piores desempenhos econômicos do país, com forte deterioração da indústria de transformação. Destaca-se o município do Rio de Janeiro como o epicentro da desindustrialização estadual, com origem na história política fragmentada da cidade com o restante do estado, que influenciou na ausência de projeto regional de desenvolvimento fluminense. A transição energética, apesar de desafiadora, dado o perfil petrolífero do estado, pode ser uma oportunidade para a sua reindustrialização, caso sejam realizadas mudanças institucionais que estimulem o desenvolvimento regional e a diversificação econômica. Palavras-chave: Rio de Janeiro, desindustrialização, fragmentação política. |
El ambiente político ejerce una gran influencia sobre el ambiente económico, ya que la forma en que el Estado actúa, o deja de actuar, puede atraer o repeler inversiones. En los últimos años, la mayor parte de las inversiones en el estado de Río de Janeiro están relacionadas con características específicas, como la existencia de reservas de petróleo o su perfil turístico. En términos de desarrollo de una cadena productiva industrial, poco se ha observado en comparación con otras unidades de la federación.
Con esto, la industria transformadora fluminense[1], actividad con un importante poder de encadenamiento en la economía, se ha deteriorado, de tal modo que, entre todas las 27 unidades de la federación, Río de Janeiro fue la única en presentar una retracción real de esta actividad, entre 1985 y 2022. Esto se reflejó en una aguda desindustrialización en el estado, con gran parte de su intensidad explicada por el desempeño de la ciudad de Río de Janeiro, que presentó una contracción generalizada en diversos segmentos industriales.
El gran destaque positivo de la economía fluminense en la actualidad es la industria extractiva, explicada por la existencia de reservas de petróleo, que colocan al estado como el mayor productor de este producto en el país. Sin embargo, debido a su estructura productiva poco diversificada, la elevada dependencia de la producción de petróleo, recurso natural finito, trajo una amplia vulnerabilidad económica para el estado, que tiende a agravarse con la transición energética, una de las principales pautas de la agenda global en la actualidad.
Aunque es desafiante para el estado, la transición energética puede ser también una alternativa para la retomada de la industria en Río de Janeiro, a partir de una planificación de desarrollo regional que incentive su reindustrialización con enfoque en actividades de bajas emisiones de carbono, mercado con un gran potencial de expansión. La reversión de la desindustrialización fluminense no es trivial, pero tampoco es imposible. Sin embargo, para este proceso, el fortalecimiento institucional del Estado y de su compromiso y seriedad con el desarrollo económico es crucial. Sin la mejora del ambiente político será inviable, para un estado que vive múltiples crisis, aprovechar las oportunidades generadas por la transición energética, pudiendo, incluso, haber una intensificación de los desafíos preexistentes.
El poder de las instituciones y de la política eficiente se refleja en una fuerza de trabajo calificada, creación de un ambiente propicio para la innovación, atracción de empresas que pueden fomentar la economía y el mercado de trabajo y que contribuyan para que el estado entre en un ciclo virtuoso de prosperidad. Por lo tanto, el ambiente favorable al desarrollo se inicia en un ambiente político estable.
Además de esta introducción, este artículo se compone de cinco secciones más. En la segunda se presenta un breve análisis histórico de la formación económica y social de Río de Janeiro, con destaque para el origen de sus actuales fragilidades institucionales, que culminaron en crisis en múltiples esferas. En la tercera se presentan los datos utilizados para el análisis, los tratamientos necesarios y la metodología adoptada para medir la desindustrialización en el estado. En la cuarta sección se presenta el análisis de los resultados económicos, donde se destaca el desempeño de la industria transformadora y el papel de la ciudad de Río de Janeiro en el proceso de desindustrialización del estado. En la quinta sección, se aborda cómo la transición energética puede ser una oportunidad para la reindustrialización en el estado. Finalmente, en la sexta sección, se resalta la importancia de modificar la forma en que las instituciones políticas actúan en el estado para que, a través de la planificación y el compromiso, se pueda transformar la trayectoria fluminense hacia un nuevo ciclo de prosperidad.
En esta sección se presentan características de la formación económica y social del estado de Río de Janeiro de forma no exhaustiva. El objetivo es resaltar cómo las diferencias en la formación del estado colaboraron para su fragmentación política. Se destaca aún cómo esa fragmentación favoreció, a lo largo del tiempo, la eclosión de crisis en diversas esferas, que afectaron directamente el desempeño de la economía del estado.
En 1763, la ciudad de Río de Janeiro se convirtió en la capital de la Colonia Portuguesa de Brasil, lo que contribuyó a la atracción de muchas inversiones, que se volvieron aún mayores con la llegada de la Familia Real, en 1808, momento en que la ciudad se convirtió en sede del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves, lo que contribuyó a fortalecerla como centro comercial-financiero de Brasil (Osório y Versiani, 2015). En 1822, con la Proclamación de la Independencia de Brasil, Río de Janeiro se convirtió en Capital del Imperio de Brasil y, en 1889, con la Proclamación de la República, Río de Janeiro se convirtió en la Capital de la República, al inicio del federalismo en Brasil.
Estos acontecimientos contribuyeron para que la economía de esta ciudad, y de su entorno más próximo, se desarrollara en torno a las necesidades de las diversas condiciones de capital, supliendo la elevada oferta de mano de obra disponible, principalmente en la prestación de servicios, el resto del estado era bastante rural.
La principal actividad económica del interior de Río de Janeiro era la producción de café latifundista, basada en mano de obra esclava. Esta actividad comenzó a deteriorarse a finales del siglo XIX, influenciada por la abolición de la esclavitud y la reducción del precio del café en el mercado mundial (Vieira, 2001). Además, la falta de modernización de la producción, sin el mismo incremento de máquinas observado en otras regiones del país, y la adopción de técnicas dañinas para la fertilidad del suelo, contribuyeron a la fuerte reducción de la producción cafetalera en el estado, lo que influyó en su débil desempeño económico (Vieira, 2001).
Otra característica importante, en el transcurso del siglo XX, fue la intensificación del proceso migratorio, lo que contribuyó a la significativa expansión de la población de la ciudad de Río de Janeiro. Con esto, los espacios urbanos, que ya estaban en gran parte ocupados, se encarecieron debido a la escasez de áreas para la construcción de nuevos emprendimientos. La elevada atracción de inversiones en la ciudad, a lo largo de su historia, contribuyó a la especulación inmobiliaria, que se volvió más evidente a partir del proceso de urbanización, a mediados de 1930 (Ferreira, 2018). Como consecuencia del aumento del costo de vida en la ciudad, hubo una mayor expansión poblacional, proceso en el cual muchas personas migraron hacia los municipios vecinos, donde el costo de vida era más bajo en comparación con la capital.
Este fenómeno fue de gran importancia para el fortalecimiento de la interdependencia entre los municipios del estado, principalmente en su región metropolitana. Mientras la capital ofrecía una amplia gama de oportunidades de empleo, los municipios vecinos pasaron a ser, muchas veces, ciudades dormitorio en las que las personas retornaban solo para descansar (Ferreira, 2018). Tal proceso acabó generando una jerarquización de la ciudad de Río de Janeiro sobre los demás municipios, una vez que las tomas de decisiones económicas estaban centradas en esta ciudad, que, a su vez, atendía a intereses nacionales, por el hecho de ser Capital de la República de Brasil.
El hinchazón poblacional en la ciudad de Río de Janeiro, también influyó en el proceso de favelización, caracterizado por la ocupación en las áreas de los cerros de las ciudades. El Estado, para lidiar con la expansión de las favelas, creó los parques proletarios y los conjuntos habitacionales, a mediados del siglo XX, con el objetivo de transferir a los habitantes de los cerros a lugares alejados del área central. Estos lugares, sin embargo, acabaron “repitiendo los procesos de crecimiento de las favelas y de saturación de las infraestructuras instaladas”, con precariedad en la oferta de servicios públicos, en los que muchas veces no había “calles, planificación urbana, agua ni electricidad”, estableciéndose así, una “ciudad aparte” (Portal MultiRio, s.d.).
Tal coyuntura creó un ambiente propicio para el surgimiento del crimen organizado en estas localidades. Es a partir de esto que surgen “imágenes que hicieron de la favela un lugar de peligro, a ser erradicado; de la falta y de la carencia, bien diferente de los lugares de residencia del resto de la población urbana tenida como “civilizada”” (Portal MultiRio, s.d).
El inicio del proceso de industrialización de Río de Janeiro siguió la lógica de priorización de las demandas nacionales frente a las locales, con el desarrollo de industrias puntuales que no fueron planeadas para el desarrollo de una cadena regional. A diferencia de lo que ocurrió en São Paulo, por ejemplo, donde además de inversiones federales, los recursos generados por la producción cafetalera tuvieron un papel relevante en la industrialización de aquel estado, en Río de Janeiro la presencia estatal fue dominante en las inversiones (Pedreira et al., 2024). Se destacan, como citado por Osório y Versiani (2015), la realización de inversiones federales en la región “como la instalación de la Companhia Siderúrgica Nacional (1941); de la Fábrica Nacional de Motores (1942); de la Companhia Nacional de Álcalis (1943) y de la Refinería Duque de Caxias (1961)”, lo que refuerza el papel central de la capital federal y del estado de Río de Janeiro en la economía brasileña de la época.
En 1960, la capital federal fue transferida a Brasilia, con el objetivo de tornar su ubicación geográficamente central y garantizar el poblamiento y control de regiones más alejadas del eje Sur de Brasil (Ceballos, 2005). Con esto, Río de Janeiro se convirtió, hasta 1975, en el único municipio en constituir el estado de Guanabara siendo beneficiado, por lo tanto, por la recaudación de impuestos tanto a nivel municipal como estatal. Esto aumentó aún más las discrepancias de inversiones que ya existían entre Río de Janeiro y los demás municipios que componían el estado, en aquella época.
En términos de atracción de inversiones se notó, sin embargo, una reducción en el estado, con la salida de la capital federal de la ciudad de Río de Janeiro (Osório y Versiani, 2015). La industria fue una de las actividades que más sintió los efectos de este cambio, pues
El desarrollo económico ocurrido en Río de Janeiro venía siempre a rebufo de su capitalidad, no había una planificación de Largo Plazo por parte del empresariado carioca visando tornarse independiente de las inversiones federales o de la renta proveniente de funcionarios y empresas públicas. La capitalidad y las mercedes a ella inherentes hicieron que el empresariado carioca no aprendiera a caminar con sus propias piernas tornándose, de un modo general, dependiente de inversiones e iniciativas generadas por el poder público, y esto ocurría, incluso siendo de conocimiento de todos que la elevación de la ciudad a capital de la república poseía carácter transitorio (Costa, p. 16, 2010).
En 1975, Guanabara fue extinguida y el municipio de Río de Janeiro pasó a integrar el estado de Río de Janeiro como su capital, dando origen a la actual formación del territorio fluminense. La principal justificación del gobierno federal para la fusión de las dos unidades de la federación era contribuir al desarrollo económico integrado en la región, tornándose un polo de desarrollo nacional. Guanabara tenía restricción de espacio físico para la expansión de la industria, sin embargo, al fundirse con el estado de Río de Janeiro, que era relativamente poco industrializado, podría haber una expansión industrial en el territorio (Ferreira, 2006). Además, el factor político también fue un importante aspecto motivador para esta fusión.
Bajo el aspecto político, la fusión redujo el peso del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB) de Guanabara. Con esto, la “fusión, en vez de crear condiciones para que el nuevo estado pudiera representar una consistente fuerza en el escenario nacional, en realidad incentivó la lucha política, que hizo inviable la construcción de una nueva identidad regional” (Ferreira, 2006). Con esto, la idea de crear un estado integrado chocó con la fragmentación política creada por la unificación de diferentes bases políticas regionales que no pretendían perder sus autonomías. Se observa, por lo tanto, que la ausencia de unificación política del nuevo estado de Río de Janeiro, contribuyó para que poco se propusiera en términos de elaboración de un proyecto de efectivo desarrollo regional. Desde entonces, la crisis política en el estado, aunque tenga momentos más agudos y brandos, de cierta forma aún persiste.
En la práctica, aunque hubiera dependencia económica entre el municipio de Río de Janeiro y los demás del estado, la fusión “reunió administrativamente dos entidades que nunca estuvieron unidas” (Pedreira, et. al, 2024), lo que contribuyó a la generación de una gran tensión política en el estado. La fragmentación política que la unificación de diferentes bases políticas generó, perjudicó el establecimiento de un desarrollo regional para Río de Janeiro, pues la prioridad era la disputa por el poder estatal.
La estructuración económica del estado reflejó este ambiente políticamente fragmentado, con el establecimiento de “un conjunto disperso de especializaciones sectoriales en una región y con poca coherencia desde el punto de vista de una división territorial del trabajo”, caracterizada por una base productiva fragilizada y vulnerable a acontecimientos externos, típica de una estructura productiva hueca (Sobral, 2017).
Según la historiadora Marly Motta, se anulaba la “singularidad de la antigua Guanabara en pro de su integración al nuevo estado de Río de Janeiro”. Esto nos hace reflexionar sobre los límites y las posibilidades de un proyecto como la fusión. Motta prosigue: “cuya implementación tendría que lidiar con la identidad política de dos regiones forjada por la memoria que cada una de ellas construyó de su propio pasado. De un lado, la ciudad de Río de Janeiro, capital del país por más de cien años, hacía 15 años ocupando un lugar singular en la federación, el de estado-capital, y luchando para conservar su tradicional papel de ‘caja de resonancia’ del país; del otro, el antiguo estado de Río, la ‘Vieja Provincia’, dividido entre la atracción por la ‘ciudad maravillosa’ y el miedo a la suburbanización” (Portal MultiRio, s.d).
Osório y Versiani (2015), llamaron este período de salida de la capital federal de la ciudad de Río de Janeiro, y la posterior unificación entre Guanabara con el estado de Río de Janeiro, como de un “vaciamiento económico” debido a la reducción en el nivel de inversiones en el estado y la salida de diversas empresas y personas, lo que contribuyó al aumento del desempleo y la reducción de la actividad económica en el estado, principalmente de cuño industrial. Con esto, Río de Janeiro se vio desprovisto de una identidad regional, fase que duró hasta el descubrimiento de petróleo en el estado.
El primer pozo de petróleo de Río de Janeiro fue descubierto en la Cuenca de Campos, en 1974. A partir de la década de 1980, el estado se volvió referencia en la producción de petróleo en el país, lo que modificó su estructura productiva y tornó la producción de petróleo, y posteriormente también la de gas natural, la nueva identidad de la economía fluminense. El estado volvió a atraer cuantiosas inversiones, no sólo concentradas en su capital, como también en los demás municipios. En 2005, con el inicio de la producción en la Cuenca de Santos, se amplió aún más la relevancia de Río de Janeiro en la producción nacional de petróleo y gas natural del país (Souza, 2019).
La voluminosa entrada de inversiones en el sector petrolero, de cierta forma, redujo el foco de las deficiencias estructurales de la economía fluminense. Los problemas políticos, sin embargo, permanecieron. Desde la unificación del estado, en 1975, de los catorce políticos que gobernaron Río de Janeiro, seis fueron presos o alejados debido a involucramientos en esquemas de corrupción.[2] A pesar del significativo crecimiento de la industria extractiva, las demás actividades presentaron uno de los peores desempeños del país, según datos del Sistema de Cuentas Regionales del IBGE. La elevada inestabilidad política de Río de Janeiro influyó en el desempeño de estas actividades, al contribuir para ahuyentar inversiones. Con esto, el aumento de la dependencia económica del estado por la producción de recursos naturales, aliada al débil desempeño económico en las demás actividades lo tornaron cada vez más susceptible a diversos tipos de crisis que se retroalimentan.
La breve contextualización histórica sobre la economía de Río de Janeiro mostró dos tipos de dependencia en su estructuración, a lo largo del tiempo. La primera debido al desarrollo concentrado en su capital y, la segunda, debido a la concentración de la estructura económica en la actividad de producción de petróleo y de gas natural.
En ambos casos, no hubo una extensa planificación en el estado para esta configuración. El hecho de ser la capital, o el hecho de poseer reservas de petróleo y de gas natural son características determinadas, respectivamente, por la atención a intereses nacionales y la localización geográfica. De cierta forma, esto puede haber colaborado para que el estado haya sido poco propositivo en la estructuración de una cadena productiva industrial, alineada a un proyecto de desarrollo regional. Lo que se estableció en Río de Janeiro fue un Estado debilitado, con dificultades para lidiar con las diversas crisis existentes.
Río de Janeiro vive, desde hace años, un cuadro de grave crisis fiscal, siendo el estado con la mayor deuda pública en el país, según datos de la Secretaría de Hacienda del Estado. La unificación, en 1975, con la extinción de Guanabara, resultó en una pérdida de ingresos estatales que eran destinados a aquel estado, y generó un comprometimiento de sus cuentas públicas (Motta, 2001).
En la década de 1990, este escenario fue alterado a partir del establecimiento del pago de regalías y participaciones especiales por la producción de petróleo y de gas natural, que favorecieron a Río de Janeiro, mayor productor del país, de acuerdo con datos de la ANP. Sin embargo, la dimensión que estos ingresos ganaron en las finanzas del estado y de sus municipios lo tornó vulnerable a las oscilaciones en el precio del barril de petróleo. Río de Janeiro no se planificó adecuadamente para la volatilidad de precios, no habiendo invertido esos recursos de forma significativa en el desarrollo de otras actividades económicas, para reducir la dependencia. Se notó, en la realidad, cierta “acomodación financiera en función de las cuantiosas rentas petroleras”, que se desdobló en un abandono de la planificación para diversificar la estructura productiva (Ribeiro y Azevedo Neto, 2024).
Dado este contexto, el riesgo sobre la economía fluminense se acentuó a lo largo del tiempo, con una economía poco diversificada y dependiente de una actividad volátil. En 2015, con la fuerte caída en el precio mundial del barril de petróleo, la reducción en el nivel de ingresos en el estado fue significativa, lo que agravó su situación fiscal.
El agudo proceso de desindustrialización en el estado, también contribuyó a la reducción en su nivel de ingresos, a lo largo del tiempo. Sin embargo, como había una entrada de un gran flujo de recursos de las compensaciones financieras por la actividad extractiva, la reducción de ingresos industriales, en gran parte, fue compensada. Este proceso, aunque no fue abrupto, ha sido bastante intenso a lo largo de los años, con el cierre de diversas empresas y fábricas en Río de Janeiro y la consecuente pérdida de empleos en la actividad.
Con la ausencia de acción estatal en las áreas marginalizadas, las facciones criminales, a lo largo del tiempo, se desarrollaron y se tornaron extremadamente poderosas, lo que generó un contexto de guerra civil, en el que las principales víctimas son los residentes de áreas marginalizadas, que viven una constante sensación de inseguridad, comprometimiento del derecho de ir y venir, debido a órdenes para cerrar vías, y el aumento de la criminalidad.
Se nota que, en diferentes aspectos, la ausencia del Estado, ya sea en la gestión de los ingresos del petróleo para la diversificación económica, en el establecimiento de un plan habitacional, en la oferta de servicios públicos de calidad, en la estructuración de un plan de desarrollo regional, afectó negativamente la economía y la sociedad.
En una entrevista al periódico El País, el profesor Mauro Osório, especialista en economía fluminense, destacó que la crisis fiscal del estado se debe “a una caída absurda de los ingresos por impuestos, de regalías del petróleo y de transferencias federales en un Estado con una planificación fallida, dependiente del petróleo y con una estructura productiva aún hueca” (Martín, 2016), lo que resume la actual situación de Río de Janeiro.
Para la comprensión de la intensidad de la desindustrialización en Río de Janeiro, se analizaron datos del Sistema de Cuentas Regionales del IBGE (SCR), de la Relación Anual de Informaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Empleo (RAIS) y de la Pesquisa Industrial Anual del IBGE (PIA), que permitieron medir la desindustrialización fluminense a través de datos de valor agregado y de empleo. Por tratarse de un análisis histórico, se realizaron tratamientos, con el objetivo de compatibilizar la serie histórica. Debido a alteraciones de clasificación, naturales de ocurrir a lo largo del tiempo, algunas adaptaciones fueron necesarias para la comparabilidad y aumento de la coherencia de las informaciones. Esta sección se inicia con la presentación del concepto de desindustrialización y su importancia para el análisis del desarrollo económico. A continuación, se detallan los tratamientos realizados en la base de datos.
De acuerdo con Squeff (2012), Kaldor constató que, por el hecho de que la industria manufacturera presenta, en general, un nivel de productividad mayor que las demás actividades económicas, el aumento de la relevancia de este tipo de actividad en la economía, eleva la productividad promedio de un país, con efectos positivos sobre el crecimiento de su PIB[3]. Además, Squeff (2012) destaca que esta actividad tiene una gran capacidad de generación de externalidades positivas, al fomentar tanto la cadena de valor proveedora (aumento de la demanda de productos de la agropecuaria y de la extractiva, a ser transformados), cuanto la cadena demandante (aumento de la demanda por servicios como comercio de los productos fabricados, transporte a los consumidores finales, intermediación financiera para la adquisición, entre otros), lo que hace que sea una importante impulsora del crecimiento económico.
La industria manufacturera citada por Kaldor, se refiere a la industria transformadora. Esta industria engloba diversas actividades que, en diferentes grados, involucran la aplicación de funciones de producción, a partir de productos primarios, o incluso ya derivados, para crear productos transformados que, generalmente, involucran algún grado de aplicación tecnológica. Por esta razón, la industria transformadora es considerada “con elevado potencial para alavancar el desarrollo económico y social de una nación, especialmente de países en estadios intermedios de desarrollo como Brasil.” (Morceiro, 2011).
Dada la importancia de la industria transformadora para el desarrollo económico, se vuelve relevante analizar procesos de desindustrialización, que son aquellos en los que hay pérdida de participación de esta actividad en la economía. A partir de la identificación de las causas que llevan a esa reducción, se pueden comprender los efectos sobre el desarrollo económico.
De acuerdo con Squeff (2012), se observa, a lo largo del tiempo, modificaciones en la composición sectorial de los países, a medida que estos se desarrollan. Inicialmente hay una reducción de la participación de la agropecuaria, debido a la intensificación de la industria. A lo largo del tiempo, sin embargo, con el aumento de la demanda por servicios, este pasa a ganar mayor participación en la economía, a costa de una reducción de la participación industrial.
Dos características deben ser resaltadas en el movimiento narrado: (i) la pérdida de participación de la industria en la economía es esperada, a medida que los países se desarrollan y (ii) no, necesariamente, hay retracción de la industria; la pérdida de participación observada puede ser apenas relativa.
Se concluye, por lo tanto, que la desindustrialización no siempre es problemática, caso sea consecuencia del proceso de desarrollo económico en el que, a lo largo del tiempo, se observa una reducción de la participación de la agropecuaria, debido a la intensificación de la industria que, con el posterior aumento de la participación de los servicios, debido al aumento de la demanda por estos (Squeff, 2012). En este caso, la desindustrialización no se debe a una retracción en la industria transformadora, sino a un crecimiento del sector de servicios a tasas superiores a las de la industria.
La desindustrialización, por lo tanto, se vuelve un problema caso ocurra prematuramente, no siendo fruto del proceso “natural” de mayor demanda por servicios y, sí, debido a deficiencias en el desarrollo industrial, con efectos de reducción del crecimiento económico potencial de largo plazo de un país (Morceiro, 2011).
En la literatura sobre desindustrialización, son utilizadas diversas formas para medirla, siendo las más utilizadas, de acuerdo con Squeff (2012), las que miden su peso en los niveles de producción (valor agregado y empleo)[4].
Los datos del Sistema de Cuentas Regionales del IBGE (SCR) utilizados en este artículo se refieren al valor agregado de la industria transformadora y el PIB para las 27 unidades de la federación. En la actual referencia metodológica del SCR, 2010, hay datos disponibles desde 2002, aunque el IBGE tiene datos regionales, en la referencia metodológica anterior, desde 1985.
La Relación Anual de Informaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Empleo (RAIS), es un registro administrativo con diversas informaciones, siendo las utilizadas en este artículo las referentes a vínculos laborales formales al 31/12 de cada año. Es una relevante base de datos para el análisis de la dinámica de empleo por presentar datos desde 1985, con amplio detalle geográfico y por actividades económicas.
En este artículo se recolectaron datos para segmentos de la actividad de la industria transformadora y para el total de la economía en tres períodos distintos. De 1985 a 1994 se utilizó la clasificación de actividades "IBGE Subsetor". Entre 1994 y 2005, se adoptó la "CNAE 95 Grupo" y, de 2006 en adelante, las informaciones fueron recolectadas en la "CNAE 2.0 Grupo", actual clasificación adoptada por el IBGE.
Las informaciones de las actividades de la industria transformadora fueron compatibilizadas en siete segmentos. Tal compatibilización fue posible porque, la clasificación por "IBGE Subsetor", por ejemplo, tiene datos incluso después de 1994, lo que permitió la comparación de las series con las demás clasificaciones; lo mismo ocurre con la "CNAE 95 Grupo", que puede ser comparada con la "CNAE 2.0 Grupo". La Tabla 1 detalla la desagregación de los segmentos de la transformación analizados y los tratamientos realizados para la elaboración de la serie histórica de 1985 a 2024.
Tabla 1: Traducción de la clasificación de los segmentos de la industria transformadora para la compatibilización de la serie histórica de vínculos laborales formales
Actividades | IBGE Subsetor - 1985 a 1993 | CNAE 95 Grupo - 1994 a 2005 | CNAE 2.0 Grupo |
Alimentos y bebidas | Variación por el código 13 | Código 15 | Suma de los códigos 10 y 11 |
Textil, vestuario y calzado | Variación por la suma de los códigos 11 y 12 | Suma de los códigos 17, 18 y 193 | Suma de los códigos 13, 14, 153 y 154 |
Papel, cartón y gráfica | Variación por el código 08 | Suma de los códigos 21 y 22, con la exclusión del código 221 | Suma de los códigos 17 y 18 |
Química | Variación por el código 10 | Suma de los códigos 23, 24 y 252 | Suma de los códigos 19, 20 y 21 |
Metalúrgica | Variación por el código 03 | Suma de los códigos 27 y 28 | Suma de los códigos 24 y 25 |
Máquinas | Variación por la suma de los códigos 04, 05 y 06 | Suma de los códigos 29, 30, 31, 32, 33, 34 y 35 | Suma de los códigos 26, 27, 28, 29 y 30 |
Otros | Variación por la suma de los códigos 02, 07 y 09 | Suma de los códigos 16, 191, 192, 20, 251, 26, 361, 369 y 37 | Suma de los códigos 12, 151, 152, 221, 23, 321, 322, 323, 324 y 329 |
Fuente: Adaptado de MTE-RAIS. Elaboración propia.
En esta sección se analiza el desempeño económico de Río de Janeiro de 1985 a 2024. Se inicia con la presentación de las tasas de variación del valor agregado por actividades económicas, y la identificación del desempeño de la economía fluminense como el peor del país. A continuación, se presenta la evolución de la desindustrialización de Río de Janeiro, con destaque para la relevancia del desempeño de la industria transformadora en la ciudad de Río de Janeiro en este proceso.
En la Tabla 2 se presentan las tasas reales de variación acumuladas del PIB y del valor agregado en tres grandes actividades económicas (agropecuaria, industria y servicios) y, con detalle de cuatro actividades industriales, en las 27 unidades de la federación, entre 1985 y 2022, con base en los datos del SCR. Se observa que, el desempeño del PIB fluminense fue el peor del país en el período, así como el del valor agregado en la agropecuaria y en el sector de servicios. En el total de la industria, solo no ocupó la última posición por el desempeño en la extractiva. En un ejercicio de exclusión de esta actividad de la industria, Río de Janeiro también ocuparía la última posición del país en la actividad industrial.
Tabla 2: Variación real acumulada del valor agregado, entre 1985 y 2022, por actividades económicas y unidades de la federación – en %
Unidades de la Federación | Agropecuaria | Industria | Servicios | PIB | ||||
Extractiva | Transformadora | SIUP | Construcción | Total | ||||
Ranking RJ | 27 | 3 | 27 | 24 | 27 | 20 | 27 | 27 |
RO | 254,3 | 316 | 267,1 | 1639,1 | 151 | 307,7 | 238,1 | 282,7 |
AC | 64,2 | - | 486 | 1035,8 | 187,5 | 243,1 | 212,4 | 224,7 |
AM | 10,6 | 200,6 | 975,1 | 614,8 | 220,8 | 818,1 | 268,3 | 561,9 |
RR | 1195,4 | - | 215,4 | 4897,7 | 340,3 | 279 | 436,5 | 478,6 |
PA | 224 | 596,3 | 27,5 | 1419,5 | 348,2 | 209,8 | 222,4 | 227,5 |
AP | 157,7 | -42,3 | 78,6 | -3203 | 172,2 | 119,4 | 362 | 305,7 |
TO | 555,3 | - | 925 | 1300,2 | 110,1 | 269,8 | 174,6 | 253 |
MA | 141,1 | - | 294,3 | 1022,2 | 66,8 | -43,4 | 249,9 | 238,6 |
PI | 784,8 | - | 342,4 | 2740,1 | 148,1 | 175,7 | 136,5 | 243,1 |
CE | 68,4 | -74,8 | 59,2 | 753,7 | 378 | 141,8 | 175,8 | 175,9 |
RN | 298,6 | -30,8 | 158,7 | 925,2 | 140,2 | 107,6 | 164,2 | 163,9 |
PB | 74,2 | - | 497,6 | 654,5 | 154,2 | 222,9 | 129 | 188,6 |
PE | 198,8 | 413,2 | 31,8 | 173,9 | 49,1 | 42,9 | 126,5 | 108 |
AL | 165 | - | 72,6 | 275,5 | 144,2 | -61,3 | 129,7 | 131,7 |
SE | 149,7 | -79,9 | 62,9 | 248,6 | 50,9 | 94,8 | 143 | 134,2 |
BA | 139,2 | -24,5 | 57,4 | 122,6 | 92,6 | 63,5 | 130,7 | 107,3 |
MG | 229,2 | -24,4 | 45 | 92,7 | 167,2 | 53,1 | 140,8 | 121,7 |
ES | 251,3 | 128,5 | 70,9 | 136,2 | 155,4 | 108,3 | 160 | 151,1 |
RJ | 6,4 | 536,5 | -20,2 | 135,2 | 12,1 | 73,3 | 74,1 | 77,3 |
SP | 117,8 | 699,7 | 16 | 212,3 | 69,3 | 38,4 | 143,3 | 106,2 |
PR | 242,9 | -38,9 | 129,1 | 481 | 134,5 | 147,2 | 167,9 | 186 |
SC | 228 | -59,7 | 70,6 | 407 | 274 | 104,6 | 215,9 | 190,2 |
RS | 50,1 | -15,7 | 37,3 | 188,9 | 105,6 | 55,4 | 103,9 | 91,5 |
MS | 290,4 | 133,1 | 634,5 | 545,4 | 111,8 | 387,8 | 204,9 | 276 |
MT | 4366,4 | 44,2 | 808,7 | 1857,9 | 280,3 | 631 | 398,2 | 811,1 |
GO | 436,3 | 152,6 | 253 | 177,4 | 134,9 | 183,8 | 181,8 | 215,4 |
DF | 229,9 | 159,6 | 273,1 | 317,6 | 124,3 | 167,9 | 185,2 | 188,7 |
Fuente: IBGE. Sistema de Cuentas Regionales. Elaboración propia.
En la Tabla 2, se destaca el desempeño negativo del valor agregado de la industria transformadora de Río de Janeiro, entre 1985 y 2022, habiendo sido el único estado del país en tener una retracción real en esta actividad, en el período (-20,2%). En el análisis de los vínculos formales de empleo, Río de Janeiro también fue el único estado en registrar una retracción, entre 1985 y 2024, según datos RAIS. En este período, la retracción del empleo formal en la actividad fluminense fue de 18%, mientras que, en Brasil hubo un crecimiento de 65,1%. En la Figura 1, se presentan las tasas de variación para todos los estados brasileños.
Figura 1: Tasa de variación de los vínculos formales de empleo en la transformación por estados, entre 1985 y 2024 - %[5]
Fuente: Relación Anual de Informaciones Sociales - MTE. Elaboración propia.
La industria transformadora tiene una gran capacidad de generación de externalidades positivas, al fomentar tanto la cadena de valor proveedora (aumento de la demanda de productos de la agropecuaria y de la extractiva, a ser transformados), cuanto la cadena demandante (aumento de la demanda por servicios como comercio de los productos fabricados, transporte a los consumidores finales, intermediación financiera para la adquisición, entre otros), lo que hace que sea una importante impulsora del crecimiento económico, pudiendo ser considerada un motor del crecimiento económico (Squeff, 2012). Por esta razón, es importante comprender las características del deterioro de esta actividad en Río de Janeiro.
La Figura 2 muestra la evolución real del valor agregado de la transformación de Brasil y de Río de Janeiro, entre 1985 y 2022. Se nota que el despegue de la actividad estatal de la nacional, tuvo inicio en 1993 y se acentuó hasta 2008, cuando, desde entonces, la evolución fue semejante en las dos localidades.
Figura 2: Evolución real del valor agregado de la industria transformadora de Brasil y de Río de Janeiro – 1985 = 100
Fuente: IBGE - Sistema de Cuentas Regionales. Elaboración propia.
A partir de datos de la Pesquisa Industrial Anual del IBGE (PIA), se analizaron las tasas reales de variación acumuladas del valor bruto de la producción de la transformación en veinte segmentos, entre 1996 y 2022, presentados en la Tabla 3. En verde están destacadas las variaciones positivas y, en rojo, las negativas.
Tabla 3: Variación real del valor bruto de la producción de la industria transformadora y sus segmentos en Río de Janeiro, entre 1996 y 2022 - %
Segmentos | Tasas - % |
Fab. de vehículos automotores, remolques y carrocerías | 1.358,1 |
Fab. de vehículos automotores, remolques y carrocerías | 772,4 |
Metalurgia | 197,1 |
Fab. de productos de caucho y de material plástico | 117,9 |
Otras máquinas y equipos | 67,7 |
Fab. de muebles | 38,6 |
Fab. de productos de minerales no metálicos | 32,8 |
Fab. de bebidas | 25 |
Fab. de productos de metal, excepto máquinas y equipos | 15,4 |
Fab. de productos químicos | 12,5 |
Fab. de produtos alimentícios | -3 |
Fab. de celulosa, papel y productos de papel | -5,3 |
Confección de artículos de vestuario y accesorios | -8,7 |
Fab. de máquinas, aparatos y materiales eléctricos | -11,4 |
Fab. de farmoquímicos y farmacéuticos | -47,1 |
Preparación y fab. de cueros y artefactos, artículos para viaje y calzado | -53,6 |
Fab. de productos del tabaco | -60,6 |
Fab. de productos de madera | -62 |
Fab. de productos textiles | -65,2 |
Impresión y reproducción de grabaciones | -82,9 |
Fuente: IBGE - Pesquisa Industrial Anual. Elaboración propia.
Entre 1996 y 2022, cuatro segmentos perdieron más de 5 p.p. de participación, mientras que otros tres ganaron arriba de 5 p.p. de participación. En los demás trece segmentos analizados, aunque no hubo alteraciones individuales de participación tan intensas, conjuntamente sumaron una pérdida de 13,9 p.p., en el período.
En la Figura 3, se presentan las evoluciones de las participaciones de los segmentos que tuvieron incrementos o pérdidas superiores a 5 p.p. en el valor bruto de la producción de la transformación fluminense, entre 1996 y 2022. En la izquierda constan los segmentos que perdieron participación, mientras que, en la derecha, están las trayectorias de los segmentos que las ampliaron.
Figura 3: Evolución de la participación de las mayores modificaciones del valor bruto de producción de segmentos de la transformación de Río de Janeiro entre 1996 y 2022 - %
Fuente: IBGE - Pesquisa Industrial Anual. Elaboración propia.
Se observa que hubo una reestructuración en la composición del valor bruto de la producción de la transformación fluminense, a lo largo del tiempo, con un aumento de la concentración en apenas tres segmentos: (i) fabricación de coque, de productos derivados del petróleo y de biocombustibles, (ii) metalurgia y (iii) fabricación de vehículos automotores, remolques y carrocerías.
El análisis por regiones muestra que la retracción en el empleo formal de la transformación se concentró en la región metropolitana, específicamente en el municipio de Río de Janeiro. En la Tabla 4, se presentan las tasas de variación del empleo formal de la transformación por regiones del estado, entre 1985 y 2022.
Tabla 4: Variación del empleo formal de la transformación, entre 1985 y 2022, por diferentes localidades – en %
Locales | Tasas - % |
Brasil | 65,1 |
Estado de Río de Janeiro | -18 |
Baixadas Litorâneas | 249,7 |
Centro-Sul Fluminense | 10,7 |
Costa Verde | 71,4 |
Médio Paraíba | 25,4 |
Metropolitana | -36,5 |
Ciudad de Río de Janeiro | -51,1 |
Demás ciudades | 8,5 |
Noroeste Fluminense | 153,8 |
Norte Fluminense | 81,9 |
Serrana | 63,2 |
Demás estados | 74,3 |
Fuente: MTE - RAIS. Elaboración propia.
Entre 1985 y 2024, el estado, que está compuesto por ocho regiones, presentó crecimiento del empleo formal de la transformación en siete, siendo la única retracción en la región metropolitana (-36,5%). Esta región está compuesta por 19 municipios[6], siendo el mayor de ellos, en términos poblacionales, la ciudad de Río de Janeiro. El desempeño de los puestos de trabajo formales de la transformación en este municipio es el principal factor para explicar la retracción observada en la región, una vez que, el agregado del empleo formal de la transformación de los demás municipios de la región creció 8%, en el período, mientras que en la capital del estado, hubo una reducción de 51,1%.
La Figura 4 muestra la evolución del empleo formal de la transformación en Brasil y en Río de Janeiro, con ejercicios que muestran cuánto la retracción observada en el estado está bastante concentrada geográficamente en su capital.
Figura 4: Evolución del empleo formal de la transformación por localidades - 1985=100
Fuente: MTE - RAIS. Elaboración propia.
Solo la ciudad de Río de Janeiro y la región metropolitana presentaron un desempeño inferior en 2024 al que presentaron en 1985. Como el desempeño de la ciudad de Río de Janeiro fue el principal responsable de la caída del empleo formal de la transformación en el estado, se analizó, en la sección siguiente, la evolución de la transformación, en esta ciudad, por segmentos.
En el análisis desagregado en segmentos, presentado en la Tabla 5, se observa que la retracción de los puestos de trabajo formales de la transformación en el municipio de Río de Janeiro, entre 1985 y 2024, fue diseminada, con retracciones superiores al 20% en todos los segmentos analizados.
Tabla 5: Variación de los puestos de trabajo formales por segmentos de la transformación en la ciudad de Río de Janeiro entre 1985 y 2024 - %
Segmentos | Municipio de Río de Janeiro |
Transformación | -59,6 |
Alimentos y bebidas | -23,8 |
Textil, vestuario y calzado | -69,0 |
Papel, cartón y gráfica | -71,2 |
Química | -38,8 |
Metalúrgica | -46,3 |
Máquinas | -68,4 |
Otros | -75,6 |
Fuente: MTE - RAIS. Elaboración propia.
Conforme ilustrado en la Figura 5, que presenta las trayectorias de evolución del empleo formal por segmentos de la transformación, en la ciudad de Río de Janeiro, desde 1985, la mayor parte de esta retracción ocurrió en la década de 1990, período en el que solo el segmento de fabricación de alimentos y bebidas presentó crecimiento de empleo formal en la ciudad. Sin embargo, a finales de la década de 1990, este segmento también se retrajo en la ciudad, así como ocurrió con los demás.
Figura 5: Evolución del empleo formal de la transformación en la ciudad de Río de Janeiro por segmentos - 1985=100
Fuente: MTE - RAIS. Elaboración propia.
En el análisis a partir de 1994, se pudo ampliar la granularidad de los segmentos investigados de siete a 18. Se destaca que, entre 1994 y 2024, hubo una retracción del 39,4% en los puestos de trabajo formales de la transformación en la ciudad, con retracción en 17 segmentos. En este período, sólo la fabricación de coque, de productos derivados del petróleo y de biocombustibles presentó crecimiento del empleo formal en la ciudad, siendo este bastante expresivo (1.394,4%).
Tales resultados muestran que el deterioro de la industria transformadora en la ciudad de Río de Janeiro fue prácticamente generalizado, lo que contribuyó a la desindustrialización en la ciudad, con una reducción de la diversificación económica de forma tan aguda, que influyó en el desempeño económico de todo el estado.
El proceso de desindustrialización se observa cuando hay pérdida de participación de la industria transformadora en la economía. Puede ser considerado problemático, caso este proceso ocurra prematuramente, debido a deficiencias en el desarrollo industrial, con efectos de reducción del crecimiento económico potencial de largo plazo (Morceiro, 2011).
Dada la retracción de la transformación en Río de Janeiro, tanto en términos de valor agregado, como de generación de puestos de trabajo formales, es innegable la prematuridad de la desindustrialización fluminense. La transformación en el estado presentó la peor evolución del país, con gran influencia del desempeño de su capital para tal patrón.
La Figura 6 muestra la participación de la industria transformadora en la economía fluminense, medida por el valor agregado y el empleo formal. Se nota una evidente desindustrialización en el estado, en ambas métricas analizadas.
Figura 6: Participación del valor agregado y del empleo formal de la transformación en el total de estas variables en la economía fluminense - %
Fuente: IBGE - Sistema de Cuentas Regionales. Elaboración propia.
En la Figura 7, se presenta la participación de la industria transformadora en la economía por regiones, medida por el empleo formal.
Figura 7: Participación del empleo formal de la transformación en el total del empleo por localidades - %
Fuente: MTE – RAIS. Elaboración propia.
Se nota que, estructuralmente, Brasil tiene mayor representatividad de la transformación en la economía que el estado de Río de Janeiro que, a su vez, es más expresivo en el ámbito nacional que en el municipio de Río de Janeiro. En términos de evolución, las tres localidades se desindustrializaron a lo largo del tiempo. La industria transformadora, en todos esses lugares, enfrentó desafíos como la apertura económica, crisis fiscales y cambios en la política industrial, lo que impacta el empleo industrial. Sin embargo, en la década de 2000, hubo una estabilización de la participación de la transformación en la economía nacional, mientras que, en el estado y en la ciudad de Río de Janeiro, la desindustrialización se mostró continua, lo que puede indicar que factores económicos y políticos locales contribuyeron para una mayor intensificación de la desindustrialización fluminense.
Los resultados presentados muestran que, a lo largo del tiempo, Río de Janeiro ha enfrentado desafíos diseminados en la transformación. El principal segmento de la actividad a destacarse en el estado es el de fabricación de coque, productos derivados del petróleo y biocombustibles. Esto se explica por el hecho de que el estado es el principal productor de petróleo y gas natural del país.
Existen diversos problemas de carácter económico en la intensificación de la concentración de la economía, ya que esto aumenta los riesgos de dependencia económica. En Río de Janeiro, se nota una clara concentración en la cadena del petróleo, desde la actividad extractiva, que despunta como la de mayor crecimiento del estado, hasta la refinería, que aunque está en la transformación, está altamente asociada al buen desempeño de la extractiva.
Hay, cada vez más, evidencias de que la industria petrolera debe reformularse a lo largo del siglo XXI. Esto se explica por la necesidad de reducir el consumo de combustibles fósiles para combatir la intensificación del calentamiento global, que ha colaborado para el aumento de la ocurrencia de consecuencias adversas para la humanidad, como el aumento de las probabilidades de tormentas, inundaciones, hambre, migración, entre otros (IPCC, 2021). Una de las principales medidas para combatir la intensificación de los cambios climáticos es la transición energética, cuyo objetivo es ampliar el uso gradual de energías renovables y limpias, en detrimento del uso de combustibles fósiles, como el petróleo y sus derivados y el carbón mineral, por ejemplo.
Tal contexto trae enormes desafíos para la estructura económica de Río de Janeiro, altamente dependiente de la producción de petróleo. Existe la necesidad de diversificar la estructura productiva de Río de Janeiro pues, en caso contrario, la expectativa de la reducción de la demanda de petróleo a lo largo del siglo, puede contribuir a la creación de un nuevo vacío económico en el estado, como el vivido después de la salida de la capital federal de la ciudad de Río de Janeiro y la unificación de Guanabara al estado. Es necesario que se amplíe el desarrollo en actividades relacionadas con la investigación y desarrollo, la inteligencia artificial, la industria transformadora, el sector de tecnología y las actividades de bajas emisiones de carbono, movimiento similar al realizado en países con una significativa estructura productiva de producción de petróleo (Yu Iii, 2022).
A pesar de ser un desafío para Río de Janeiro, la transición energética puede también ser una oportunidad para su reindustrialización. El estado, además del perfil petrolero, tiene potencial para el desarrollo de otras actividades en el ramo energético asociadas a actividades de bajas emisiones de carbono, como es el caso de la generación eólica offshore y la producción de hidrógeno verde (FIRJAN, 2024). Río de Janeiro es uno de los estados con mayor potencial para la generación eólica offshore en el país, según la Empresa de Pesquisa Energética - EPE (2020). Además, la experiencia adquirida en la producción de petróleo y gas natural en ambiente offshore, trae ventaja para el desarrollo de actividades en el estado que sean en este ambiente por la existencia de una infraestructura naval ya desarrollada (FIRJAN, 2024).
Además de los efectos directos que estas actividades pueden generar en la economía, también poseen la capacidad de fomentar el desarrollo de una cadena productiva local, como, por ejemplo, el desarrollo de la fabricación de turbinas eólicas, o el uso de hidrógeno verde para la producción de acero verde (CNI, 2023). Se nota, por lo tanto, que son ejemplos de opción de actividades con potencial de expansión y que pueden fortalecer la industria de Río de Janeiro y contribuir para la diversificación de su economía.
En este sentido, aprovechar las oportunidades generadas por la transición energética puede contribuir a tornar la estructura productiva de Río de Janeiro diversificada, con mayor presencia industrial y, con esto, más resiliente que la actualmente fragilizada.
Para esto, sin embargo, se debe buscar, primeramente, la estabilización del ambiente político convulso de Río de Janeiro a través de la señalización de que el objetivo del estado es fomentar la economía, en conjunto con planes para: la estabilización fiscal, la seguridad pública, el combate a la corrupción y la oferta de servicios públicos de calidad a la población.
Este artículo buscó relacionar el proceso de desindustrialización fluminense con el contexto político de formación del estado. El objetivo fue mostrar que los actuales resultados económicos del estado reflejan las elecciones del pasado, en las que hubo una ausencia de implementación de un plan de desarrollo económico regional para Río de Janeiro. Con esto, en las últimas décadas, el desempeño económico del estado, de forma diseminada, se destacó como uno de los peores del país, con destaque para el deterioro de la industria transformadora, actividad crucial para el desarrollo económico.
Este resultado es reflejo de múltiples factores vividos por el estado, a lo largo del último siglo, como elevada tensión política, casos de corrupción, aumento de la criminalidad, precarización de la oferta de servicios públicos, desempleo, entre otros, generando una combinación de crisis que se potenciaron. En todos estos casos, se nota una falta de priorización de la atención de los intereses locales, de la población fluminense, para la atención de intereses nacionales, volcados fuera de la esfera de la población fluminense.
En este contexto convulso, la transición energética añade un desafío más a un estado con estructura productiva dependiente de la producción de petróleo. Sin embargo, puede ser una alternativa para el establecimiento de una planificación efectiva de desarrollo regional que incentive el surgimiento de una cadena productiva asociada a actividades de bajas emisiones de carbono y, con esto, favorezca la diversificación económica en Río de Janeiro.
La historia de la economía de Río de Janeiro hasta aquí no define su futuro. Es importante comprender los factores que llevaron al estado a alcanzar los resultados actuales para que se los pueda modificar hacia una trayectoria más próspera. La primera etapa para fomentar el desarrollo debe ser la búsqueda por la estabilización del ambiente político para que, entonces, se pueda estimular el ambiente económico.
Adicionalmente, se debe realizar una planificación regional. Aunque no sea trivial, existe la necesidad de, gradualmente, fomentar la reestructuración de la economía fluminense. Río de Janeiro no está destinado al fracaso, pero es necesario un cambio de rumbo que se inicia con el fortalecimiento de la institución política, para que la sociedad pueda desarrollarse en múltiples aspectos y pueda crear las condiciones para un Río de Janeiro más desarrollado.
Referencias
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Sobre la Autora
Juliana Trece es Doctora en Población, Territorio y Estadísticas Públicas por la Escuela Nacional de Ciencias Estadísticas (ENCE/IBGE), Máster en Economía Empresarial por la Escuela Brasileña de Economía y Finanzas (FGV/EPGE) y licenciada en Economía por la Universidad Federal Fluminense (UFF). Actualmente es coordinadora del Núcleo de Cuentas Nacionales del Instituto Brasileño de Economía (FGV IBRE).
Contribuciones de la Autora
Conceptualización, J.C.C.T., metodología, J.C.C.T., software, J.C.C.T., validación, J.C.C.T., análisis formal, J.C.C.T., investigación, J.C.C.T., recursos, J.C.C.T., curaduría de datos, J.C.C.T., redacción — preparación del borrador original, J.C.C.T., redacción — revisión y edición, J.C.C.T., visualización, J.C.C.T.
Conflictos de Interés
La autora declara que no existen conflictos de interés.
Sobre la Coleção Estudos Cariocas
La Coleção Estudos Cariocas (ISSN 1984-7203) es una publicación dedicada a estudios e investigaciones sobre el Municipio de Río de Janeiro, vinculada al Instituto Pereira Passos (IPP) de la Secretaría Municipal de la Casa Civil de la Alcaldía de Río de Janeiro.
Su objetivo es divulgar la producción técnico-científica sobre temas relacionados con la ciudad de Río de Janeiro, incluyendo sus conexiones metropolitanas y su inserción en contextos regionales, nacionales e internacionales. La publicación está abierta a todos los investigadores (sean empleados municipales o no), abarcando áreas diversas — siempre que aborden, parcial o totalmente, el enfoque espacial de la ciudad de Río de Janeiro.
Los artículos también deben alinearse con los objetivos del Instituto, a saber:
Se dará especial énfasis a la articulación de los artículos con la propuesta de desarrollo económico de la ciudad. De este modo, se espera que los artículos multidisciplinarios enviados a la revista respondan a las necesidades de desarrollo urbano de Río de Janeiro.
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[1] El término "Fluminense" se utiliza aquí como un descriptor de la región geográfica correspondiente al estado de Río de Janeiro. Históricamente, hace referencia a los habitantes, la cultura y la identidad territorial de este estado, distinguiéndolo de otras regiones de Brasil.
[2] Fueron arrestados Moreira Franco, Anthony Garotinho, Rosinha Garotinho, Sérgio Cabral y Luiz Fernando Pezão. Wilson Witzel fue destituido e investigado.
[3] Squeff (2012) explica que el argumento de Kaldor se basa en el hecho de que el rápido aumento de la productividad industrial, a medida que aumenta el producto, se debe a la existencia de ganancias derivadas de las economías de escala, bastante comunes en ese sector.
[4] Rowthorn propuso inicialmente el análisis basado en datos de empleo. Posteriormente, Tregenna pasó a analizar los datos de valor agregado. (Morceiro, 2011).
[5] TO y GO, antes de 1989, eran una única unidad de la federación. La estimación de TO antes de 1989 se realizó a partir de la evolución de la serie de GO. A su vez, GO, en ese período, pasó a representar la diferencia entre el total del estado y la estimación de TO.
[6] Según el CEPERJ (2019).